sábado, 30 de mayo de 2009

Venezuela: Chávez ayuda a los empresarios y golpea a los trabajadores por Daniel Polaco para el periódico Convergencia de Izquierda número 5 (Leer declaraciones de Orlando Chirino: "Este es un gobierno antiobrero y antisindical, clickeando aquí)

La estatización de tres siderúrgicas del Grupo Techint en Venezuela (Matesi, Tavsa y Comsigua) ha generado el reclamo de la Unión Industrial Argentina (UIA), que reclama la expulsión de Venezuela del Mercosur.

La familia Rocca, dueña de Techint, surgió como una poderosa multinacional gracias a las privatizaciones de Menem, que le regaló Somisa, apropiándose del patrimonio de los argentinos, y a que el gobierno de Rafael Caldera de Venezuela les regaló Sidor.

Despidos, suspensiones, recortes salariales, aplican aquí en Siderar, mientras piden que los Kirchner intercedan para que les paguen millones en Venezuela, que ni siquiera invierten en el país.

Las nacionalizaciones responden a la enorme lucha de los trabajadores de Matesi, Tavsa, y de otras empresas, que llevaban meses exigiendo aumentos de salarios y enfrentando los despidos. Desde este punto de vista, han sido vistas como un triunfo contra los empresarios explotadores.

Pero las medidas de Chávez no constituyen ningún “paso al socialismo”, ni son “progresivas”, porque no son bajo control obrero, y porque el gobierno otorgará una jugosa indemnización a los dueños.

Así sucedió con SIDOR, donde pagó “la bonita suma de 1970 millones de dólares”, según Cristina Kirchner, gracias, entre otras cosas, a su generosa ayuda, y además a que se hizo cargo de todas las deudas de la empresa, incluidas las laborales.

Tan buen negocio hizo Rocca esta semana que criticó en público pero festejó en privado, ya que las acciones de Tenaris subieron 3.8% en Nueva York y acumulan una ganancia del 5.9% en los últimos días.

Como escribe Crítica Digital, “mientras las autoridades del holding protestan en Caracas y Buenos Aires, sus accionistas y los operadores bursátiles la festejan como una buena noticia”, porque descuentan que la familia Rocca cobrará más de lo que valen las empresas, como ocurrió con SIDOR.

Otras empresas nacionalizadas también están contentas, como el banco Santander, que acordó recibir 1050 millones de dólares por el Banco de Venezuela.

Las “nacionalizaciones” han sido, pues, fabulosos regalos para los empresarios y las multinacionales, que recibieron en los últimos años 16.000 millones de dólares del “socialista” Chávez.

Un gobierno antiobrero

Oculto bajo la cháchara de las medidas supuestamente socialistas, Chávez avanza en su proyecto antiobrero y cada vez más totalitario, negando el derecho de negociación colectiva, reprimiendo y militarizando las protestas obreras, atacando la independencia sindical, como acaba de hacer al suspender las elecciones sindicales para la Federación de Trabajadores Petroleros, la más importante del país (80.000 trabajadores en actividad), con el fin de impedir el triunfo de la lista opositora encabezada por José Bodas.

Continúan los asesinatos de dirigentes sindicales y estudiantiles: el 5 de mayo fue asesinado Argenis Vásquez, del sindicato de trabajadores de Toyota, que estaban en conflicto. En enero, tras una violenta tentativa de desalojo de la automotriz Mitsubishi Motors, tomada por sus trabajadores, fueron asesinados los obreros Pedro Suárez y Javier Marcano por la policía del estado Anzoátegui, de gobierno chapista.

La policía del gobernador chavista de Mérida asesinó al dirigente estudiantil Yuban Ortega, que participaba en una manifestación; y en noviembre de 2008 fueron asesinados por sicarios en el estado de Aragua, Richard Gallardo, Luís Hernández y Carlos Requena, dirigentes de la central sindical independiente UNT, además de las decenas de dirigentes campesinos muertos durante este gobierno sin que nadie haya encontrado ningún culpable.

Ataques a la libertad de expresión

A esto se suman las medidas de corte bonapartista y los ataques a la libertad de prensa y de expresión, como la no renovación de la licencia al canal RCTV en 2007, la constitución de un partido oficialista, el PSUV, de donde son expulsados todos los que disienten, como la dirigente sindical Vilma Vivas, la destitución del alcalde electo de Caracas y su reemplazo por uno nombrado por el dedo de Chávez.

En la última semana fue demorado en el aeropuerto de Mario Vargas Llosa, un escritor de derecha, conocido por sus violentas críticas a Chávez y al régimen cubano.

Somos enemigos a muerte de la burguesía escuálida venezolana representada por Manuel Rosales, estamos en la vereda de enfrente de Vargas Llosa y de los dueños de RCTV que apoyaron el golpe de 2002.

Sin embargo nos manifestamos categóricamente en contra de cualquier restricción a la libertad de prensa y de expresión por parte del gobierno de Chávez, porque es un gobierno burgués, que favorece a sus amigos, y que utiliza estas medidas para fortalecer un régimen totalitario para atacar, en primer lugar, a los trabajadores que resisten sus medidas anti obreras.

Con estos ataques a la libertad de expresión, lo único que hace Chávez es darle argumentos a la burguesía opositora venezolana y a los más fieles exponentes de la derecha, como Vargas Llosa, que ahora se arrogan la bandera de la libertad de expresión.

La posición de la izquierda

Distintos sectores de izquierda argumentan que las nacionalizaciones de Chávez “son progresivas” o “pasos hacia el socialismo”, y que el gobierno venezolano está reprimiendo a sectores de derecha.

Pero no denuncian que, de conjunto, el gobierno de Chávez es el principal enemigo de los trabajadores, que las nacionalizaciones son una maniobra y un fabuloso negocio para las multinacionales, y que con excusas parecidas, Chávez reprime a los trabajadores y ataca la libertad sindical.

Estamos por la nacionalización sin ninguna indemnización de todas las empresas que cierren o despidan trabajadores, bajo control de los obreros, nos pronunciamos por el cese de la persecución sindical, por el castigo a los asesinos de obreros y campesinos.

No le regalamos la bandera de las libertades democráticas a la derecha: nos pronunciamos por la más estricta defensa de las libertades de expresión y organización, incluso de los partidos, medios de comunicación y dirigentes burgueses, porque en última instancia estos recortes y ataques se dirigen siempre contra los trabajadores.

Las únicas medidas progresivas y pasos hacia el socialismo solo pueden venir de parte de un verdadero gobierno de los trabajadores, asentado en sus organizaciones democráticas.

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