domingo, 17 de agosto de 2008

Juegos Olímpicos: China bate el récord en explotación y represión (publicado por Izquierda de los Trabajadores)

Con su espectacular puesta en escena, los Juegos Olímpicos de Pekín servirán para encubrir la brutal explotación de la dictadura del Partido Comunista chino y la violación a todos los derechos humanos, la censura, los encarcelamientos, las evacuaciones forzosas, para impedir que el descontento del pueblo y los trabajadores se cuelen aprovechando el despliegue de los medios de comunicación.

Los presidentes que participaron en la ceremonia de inauguración ya dan una idea del objetivo: el francés Nicolás Sarkozy, el presidente norteamericano George W. Bush, el primer ministro ruso Vladimir Putin, otro socio comercial muy importante, que ahora está bombardeando Georgia, el presidente de Brasil Luis Ignacio Lula da Silva, muy interesado en estrechar sus relaciones comerciales con el país asiático, al tiempo que el primer ministro inglés Gordon Brown solo asistirá a la ceremonia de cierre.

Todos van a respaldar al gobierno de Hu Hintao, y a su régimen de brutal explotación, que en los últimos treinta años ha desplazado 120 millones de campesinos a las ciudades para pagarles salarios miserables en las peores condiciones de vida.

Está todavía fresco el recuerdo de la Plaza Tian an Mein en 1989, cuando la represión militar se cobró las vidas de cientos de estudiantes y trabajadores. En los últimos tiempos, la represión a las protestas del Tíbet que lucha por su independencia y de poblaciones musulmanas del Asia Central pertenecientes a China, han provocado un repudio internacional, al punto que el recorrido de la llama olímpica por distintas capitales del mundo, estuvo salpicado de incidentes y protestas.

La censura ejercida sobre sus propios ciudadanos, el bloqueo de sitios de Internet y los límites impuestos a los medios de comunicación nacionales y extranjeros, el encarcelamiento, la tortura y el desaparecimiento de dirigentes políticos, religiosos y sociales y la aplicación masiva de la pena de muerte, demuestran que la realización de las Olimpíadas en China no tiene nada que ver con los ideales de democracia y libertad.

Amnesty International ha denunciado que “las autoridades chinas han roto su promesa de mejorar la situación de los derechos humanos en el país y han traicionado los valores más puros de los Juegos Olímpicos”.

“En la víspera de los juegos, las autoridades chinas han encerrado, colocado bajo arresto domiciliario y extraído por la fuerza personas que creen que pueden amenazar la imagen de estabilidad y armonía que quieren presentar al mundo”, dice el último informe de Amnesty.

Los periodistas que trabajan en el centro de prensa no pueden ingresar a las páginas de amnesty.org ni al sitio de derechos humanos China Debate, al tiempo que otros sitios web han sido bloqueados, como el del periódico taiwanés Liberty Times y las versiones en chino de la Deutsche Welle y la BBC.

Los ciudadanos comunes recibieron instrucciones de comportamiento durante las Olimpiadas. No pueden escupir, usar sandalias sin medias y colgar ropa en los balcones.

En los barrios hay avisos llamando a los ciudadanos a sonreír y se reparten volantes con informaciones sobre cómo relacionarse con los turistas. No les pueden preguntar la edad, el estado civil, averiguar cuánto ganan, ni hablar de religión o política, mientras que el gobierno despachó miles de habitantes pobres de las ciudades hacia sus aldeas en el campo, decretando vacaciones en las fábricas.

Nada de esto tiene que ver con los “ideales olímpicos”, sino con el fabuloso negocio de vender al mundo una imagen amable del régimen explotador y totalitario chino.

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