sábado, 2 de agosto de 2008

Masacres en Río: el resultado de una política de exterminio PSTU – BRASIL

El brutal asesinato del niño João Roberto, de apenas tres anos, por policías militares que ametrallaron el auto en que estaba con la madre y el hermano, el día 6 de julio, conmovió a toda la población.

Pero también puso en jaque a la política de seguridad pública de exterminio adoptada por el gobierno de Sergio Cabral (PMDB[1][1]) en el estado de Río de Janeiro.

Al contrario de lo que dice el gobierno -habría sido una acción "desastrosa" de policías "sin preparación"-, la muerte de João Roberto evidenció al máximo la llamada "nueva política de seguridad": primero se tira, después se pregunta.

Esta nueva política adoptada por Sergio Cabral, con la colaboración del gobierno Lula, a través del "Paquete de Seguridad", ya provocó la muerte de cientos de personas en Río.

La mayoría son jóvenes y niños negros de las comunidades carentes, conforme comprueban los informes de Amnistía Internacional y la propia ONU.

Pero de la voluntad asesina de las tropas y fuerzas militares ya se salvan ni siquiera los hijos de la clase media, que también son victimados por la violencia policial, como Daniel Duque, muerto por un PM a la salida de una casa nocturna en Ipanema.

Hace un año, la mayoría de la sociedad, embalada por el film "Tropa de Elite", hizo la vista gruesa a la matanza ocurrida en el Complejo del Alemán, más conocida como la "Matanza de los Panamericanos". Cerca de 50 personas fueron cobardemente asesinadas por las fuerzas policiales que ocupaban la favela.

De la misma forma, poco se habla de la ocupación militar y de las violaciones a los derechos humanos en Haití por parte del ejército brasileño. Desde entonces, la política de exterminio ganó rasgos de crueldad, como en el episodio ocurrido en el Morro da Providencia, en el que tres jóvenes fueron muertos después que militares del ejército los entregaron a traficantes de un morro vecino y rival.

Los militares ocupaban la comunidad para las obras electoralistas del candidato a intendente Marcelo Crivella, apoyado por Lula. La población de la comunidad se movilizó y exigió la retirada de las tropas.

En este momento en que cae otra víctima de la violencia policial, debemos seguir el ejemplo dado por las madres de la comunidad de la Providencia. Con su organización y movilización, ellas consiguieron decir basta a la ocupación del ejército.

Así, saludamos la marcha realizada por los taxistas, colegas del padre de João Roberto, en solidaridad con la familia y en protesta contra la violencia.

De la misma forma, debemos salir a las calles para exigir de los gobiernos Cabral y Lula el fin de la violencia policial, de la ocupación das comunidades y el fin de esta policía asesina y corrupta. También debemos exigir la retirada de las tropas brasileñas de Haití.

No podemos tener ilusiones en las promesas demagógicas de los políticos burgueses. Principalmente en un año electoral, cuando visten piel de cordero para luego atacar a los trabajadores. Sabemos que el modelo neoliberal, concentrador de riqueza, impone cada vez más la represión y la criminalización de la pobreza y de los movimientos sociales.

Solamente a través de la organización y movilización de los trabajadores y de la juventud podremos conquistar mejores empleos, salarios y jubilaciones. Basta de represión al pueblo pobre. Para resolver el problema de la criminalidad es preciso encarar la cuestión social de la miseria.

Militares participan del asesinato de tres jóvenes en una comunidad carente de Río de Janeiro André Freire

"Nadie los quiere más en la comunidad. No tenemos más confianza en la ropa verde del Ejército." La declaración es de un obrero de la construcción y habitante del Morro da Providencia, en Río de Janeiro (RJ). Estos trabajadores realizaron una huelga pidiendo la salida del Ejército de la comunidad.

El Morro da Providencia es la más antigua favela de la ciudad de Río. Se formó a inicios del siglo pasado con soldados que retornaron de la masacre que el Ejército brasileño realizó contra la rebelión de Canudos (Bahía).

Esta comunidad carente, localizada en pleno centro de la ciudad, fue escogida por el senador y ex-oficial del Ejército Marcelo Crivella (PRB) para instalar su obra demagógica y electoralista llamada "Cimiento Social".

El proyecto de Crivella es parte de las obras del Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) del gobierno federal. Esta obra de fachada ya es conocida como el "cimiento electoral".

Crivella es candidato a alcalde y viene usándola de forma descarada en su campaña. Con el apoyo de Lula, consiguió autorización para usar tropas del Ejército en la ejecución de las obras iniciadas en diciembre de 2007.

Se trata del único convenio de este tipo en funcionamiento en todo el país. Desde entonces, la comunidad sufre con el autoritarismo, el terror y la violencia de una verdadera ocupación promovida por el Comando Militar del Este.

Tres jóvenes del Morro da Providencia fueron entregados, en la madrugada del 14 de junio, a traficantes de una comunidad rival, el Morro da Mineira. Los autores de esta operación horrenda fueron once militares del Ejército. Entre ellos, el Teniente Vínicius Ghidetti Andrade, que comandó la operación.

Los jóvenes fueron torturados hasta la muerte. Sus cuerpos fueron cortados en pedazos por los traficantes. La policía investiga si los militares brasileños no vendieron a las tres víctimas a los criminales, práctica muy común en la llamada "banda podrida" de la policía carioca.

Uno de los tres jóvenes asesinados bárbaramente, Wellington, iba a comenzar a trabajar en las obras del PAC del Morro da Providencia el lunes siguiente. Sin embargo no sobrevivió hasta ese día debido al terror impuesto por el Ejército en su comunidad.

Sólo uno de los jóvenes poseía antecedentes criminales leves, mostrando claramente que la acción del Ejército afectaba prioritaria e indiscriminadamente al pueblo pobre y negro de la comunidad.

Los 75 obreros de las obras del PAC de la Providencia, muchos de ellos habitantes de la comunidad, entraron en huelga el lunes. Exigen la salida del Ejército. Con la permanencia de la ocupación militar, no existe ninguna seguridad para realizar su trabajo.

También el lunes, después del entierro de las tres víctimas, cientos de habitantes realizaron una manifestación en la sede del Comando Militar del Este, en la Central do Brasil, y fueron violentamente reprimidos por fuerzas del Ejército y de la Tropa de Choque de la Policía Militar.

La Conlutas-RJ y el Instituto de Defensa de los Derechos Humanos (IDDH) estuvieron presentes en el lugar durante varios días, representados por Ronaldo Moreno y Aderson Businger, ambos militantes del PSTU.

Estas entidades están organizando una comisión de sindicalistas para prestar solidariedad a los familiares de las víctimas y preparar una nueva manifestación para los próximos días.

Exigir de Lula la retirada inmediata del Ejército y de la Fuerza Nacional de Seguridad Nacional.

La ocupación militar de la Providencia se parece mucho con la política fascista del gobernador Sergio Cabral (PMDB) y de su Secretario de Seguridad, José Beltrame, que ocupan militarmente, con el auxilio de tropas de la Fuerza Nacional de Seguridad, comunidades carentes de Río, como el Complejo del Alemão y la Vila Cruzeiro.

El ministro de Justicia, Nelson Jobim, se apresuró a visitar la comunidad para intentar disculparse. Tuvo el descaro de usar el ejemplo de la intervención militar brasileña en Haití para defender la permanencia del Ejército en la Providencia, comparando la acción en Río con los "efectos benéficos" que el Ejército brasileño está causando para el pueblo haitiano.

Es bueno recordarle al ministro de Lula que, en mayo de este año, el Ejército brasileño asesinó por lo menos seis manifestantes haitianos que protestaban contra el alza de precios en los alimentos en aquel país.

En este momento, autoridades ligadas al gobierno Lula, al Ejército, al gobierno del Estado y a la prensa burguesa están esforzándose para demostrar que lo acontecido en la Providencia fue un caso aislado y que todos los culpables serán castigados ejemplarmente.

Todos ellos defienden que el Ejército debe continuar en la comunidad. Sin embargo, lo que no puede esconderse más es que excesos como estos son rutinarios en las ocupaciones militares de las comunidades carentes de Río y en las acciones de los policías en nuestro Estado.

Los verdaderos responsables por este absurdo son los gobiernos federal, estadual y municipal. Son ellos los que aplican y apoyan la política fascista de seguridad pública del gobierno de Río, uniendo, de mismo lado, a Lula, a Jobim, a Cabral, a Beltrame y a César Maia.

El PSTU exige del gobierno Lula la inmediata salida del Ejército del Morro da Providencia. De la misma forma, el retiro de la Fuerza Nacional de Seguridad de las comunidades carentes de la ciudad.

La violencia sólo será realmente combatida con generación de empleos, mejores salarios e inversiones masivas en las áreas sociales. Mantener la política de seguridad pública fascista, aplicada por Beltrame y Cabral, con el apoyo del PT, sólo va a generar más violencia y victimar aún más a la juventud pobre y negra de las comunidades carentes cariocas.

Llamamos a todos los movimientos sociales a apoyar y rodear de solidaridad las manifestaciones de los habitantes del Morro da Providencia, porque solamente ellas podrán arrancar de los gobiernos la salida inmediata de la comunidad de las tropas del Ejército.

[2][1] Partido del Movimiento Democrático Brasileño, aliado del gobierno de Lula.


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