domingo, 14 de septiembre de 2008

¡Derrotemos la ofensiva de la ultraderecha de la Media Luna!, declaración del Secretariado de la Liga Internacional de los Trabajadores

Bolivia vive momentos de enorme tensión bajo la acción violenta y a larga escala de grupos armados de derecha. Son los llamados Comités Cívicos de los cuatro departamentos de la Media Luna (Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando) y la Unión de la Juventud Cruceñista,

Estos grupos ganaron las calles, ocuparon e hicieron explotar algunas instalaciones de gas y gasoductos, ocuparon edificios públicos, persiguen y aterrorizan a dirigentes sindicales y populares y llegaron a atacar columnas de campesinos causando la muerte de catorce de ellos y decenas de heridos.

Las bandas de ultraderecha tienen un objetivo claro: garantizarse el poder en los departamentos de la Media Luna, imponiendo por la fuerza su control total sobre esta parte del país.

En lo inmediato, quieren obligar al gobierno a suspender el referendo convocado por Evo Morales sobre el proyecto de nueva Constitución aprobado por la Asamblea Constituyente y a revocarlo

Este sector burgués de ultraderecha tiene muchas características fascistas: utiliza métodos de guerra civil contra el movimiento obrero, campesino, indígena y popular; es profundamente racista y destila un odio brutal contra la mayoría indígena del país; está dirigido por el sector burgués más poderoso del país, que intenta acaparar la renta del gas, y moviliza sectores de masas de la clase media y la pequeña burguesía contra las masas populares.

Las acciones de esta ultraderecha buscan aterrorizar al movimiento de masas, paralizarlo e imponer sus objetivos por la fuerza, contra la voluntad popular manifestada a través de la lucha y en las votaciones.

La burguesía y la derecha de la Media Luna se escudan detrás del reclamo de un supuesto derecho de "autonomía", con el que incluso amenazan dividir el país.

Este falso derecho de una "autonomía" reaccionaria y proimperialista sólo busca realmente poder entregar las riquezas naturales de su región directamente al imperialismo y a los países mas fuertes del continente, como Brasil, quedándose con una tajada mayor de la que hoy obtienen, ya que no tendría que dividir esa parte con la burguesía de La Paz.

Al mismo tiempo, así se desembarazaría del "altiplano pobre" y de sus "masas revoltosas".

Por detrás de ese movimiento de ultraderecha está la mano del imperialismo yanqui que estimuló todo el proceso a través de su embajador, Philip Goldberg.

Este señor recibió, días antes de la asonada, a los principales líderes de los cívicos de la Media Luna, para discutir y respaldar sus acciones asesinas.

El interés del imperialismo es garantizar, a cualquier costo, el control de importantes reservas de hidrocarburos y, al mismo tiempo, acabar con el proceso revolucionario boliviano, una referencia para todo Latinoamérica.

¿Por qué se fortalece la ultraderecha?

Es un hecho que la ultraderecha, con sus métodos fascistas: crece aceleradamente, ya controla parte del país, amenaza la producción de gas (la riqueza más importante de Bolivia) y se está imponiendo frente a la impotencia o la inacción del gobierno.

¿Cómo es posible que eso ocurra en un país que vivió, en estos últimos años, dos revoluciones que tumbaron gobiernos de derecha (la última hace tan solo tres años)?

¿Cómo puede tener tanta fuerza este movimiento en un país donde, hace menos de dos meses, el presidente obtuvo casi el 70% de los votos para confirmar su mandato en un referendo revocatorio?

La única explicación posible es la política conciliatoria del gobierno. El gobierno de Evo Morales se rehúsa a reprimir al movimiento de ultraderecha y a movilizar las masas en su contra, mientras hace poco no dudó en reprimir duramente la lucha de los mineros de Huanuni en defensa de su jubilación y otros reclamos, matando varios obreros en esta represión.

En todo momento, Evo busca acuerdos o pactos con la burguesía de la Media Luna para gobernar conjuntamente el país.

Se niega a mandar tropas a todos los Departamentos para recuperar los edificios públicos ocupados, utilizando el justificativo de "no derramar sangre".

Acepta incluso ceder a las exigencias de la ultraderecha en temas como el referendo sobre la Constituyente o los impuestos.

Con esta política, Evo deja el campo abierto para que la ultraderecha, a través de la acción directa, se envalentone y se fortalezca cada vez más, ocupando el vacío de poder dejado por el gobierno.

Peor aún, paraliza y desmoraliza una posible reacción de las masas que serían la única fuerza capaz de enfrentar y derrotar a la ultraderecha.

¡Con quien usa métodos fascistas no se puede discutir! ¡Es necesario derrotarlos por la fuerza!

No hay conciliación posible con un sector que busca aplastar a la clase obrera, los campesinos, los indígenas y someterlos por el terror a la misma situación de miseria y superexplotación en que vivieron durante quinientos años, y de la cuál buscan libertarse.

La ultraderecha que utiliza métodos fascistas solo entiende un lenguaje: el de la fuerza. Basta de conciliación. ¡Exigimos que el gobierno y el Ejército repriman y pongan en la prisión a los grupos de ultraderecha que ocupan edificios públicos!

¡Las instalaciones de gas son un patrimonio del pueblo boliviano: prisión para los ultraderechistas que las ocupan y sabotean! ¡Juicio y castigo para los asesinos de campesinos!

¡Disolución inmediata e ilegalización de la Unión de la Juventud Cruceñista y los Comités Cívicos! ¡No a la división de Bolivia!

¡Que la COB se ponga a la cabeza de un Frente Único de obreros, campesinos y sectores populares para derrotar a la ultraderecha!

Sin embargo, por lo que vienen demostrando frente a los muchos embates, no hay ninguna garantía de que el gobierno de Evo y las FFAA quieran enfrentar y derrotar a los grupos de la derecha organizada. Solo la clase obrera, a la cabeza de las masas campesinas, indígenas y populares puede hacerlo.

Es necesario retomar la gloriosa tradición de los mineros en la Revolución de 1952, en las movilizaciones de 1985 y en los levantamientos triunfantes de 2003 y 2005, cuando los obreros y sectores populares enfrentaron y derrotaron la represión armada en las calles.

Saludamos el llamado del ampliado de la COB a una Marcha Nacional para 16 próximo, así como la exigencia a Evo a que abra un juicio de responsabilidad y decrete la prisión de los prefectos de la Media Luna y el liderazgo de los Comités Cívicos y la decisión de preparar un Ampliado Nacional de la COB en Santa Cruz.

Pero es necesario ir más allá. La COB debe hacer un llamado a todos los sindicatos, organizaciones campesinas, populares y democráticas a formar un gran Frente Único para enfrentar a la ultraderecha por medio de la acción directa.

No se puede enfrentar a estos grupos derechistas sólo con palabras o actos públicos. Es necesario defenderse de estas bandas utilizando métodos de acción directa en las calles.

Es urgente que los sindicatos y las organizaciones campesinas organicen miles de grupos de autodefensa entre los mineros, los campesinos, los fabriles y los sectores populares.

Exigimos que el gobierno apoye y dé los medios para que estos grupos se defiendan de las bandas de ultraderecha.

La COB y las organizaciones campesinas, populares e indígenas deben llamar a la huelga general, acompañada de una gran movilización nacional de masas para derrotar a la derecha.

Esta convocatoria a la movilización debería incluir de modo destacado un llamado a la clase obrera y a los sectores populares de los departamentos de la Media Luna, a levantarse contra la burguesía y los terratenientes que los explotan y oprimen directamente.

Solo la clase obrera y los explotados de Bolivia pueden unir al país contra la burguesía divisionista.

Solo con retomando movilizaciones es posible hacer valer la "agenda de octubre" que plantea luchar por la expropiación de los terratenientes del Oriente boliviano,

Tierra a los campesinos e indígenas y por una verdadera nacionalización del gas y la minería, sin indemnización a las empresas imperialistas.

¡Todo apoyo al pueblo boliviano para derrotar la amenaza fascista!

El movimiento obrero de todo el mundo, principalmente de América Latina, los campesinos y indígenas de nuestro continente, los estudiantes y todos los pueblos que luchan contra el imperialismo no pueden dejar solo al pueblo boliviano.

Es urgente que todas las organizaciones sociales se pronuncien lo más pronto posible en repudio a las acciones violentas y a los intentos golpistas de la burguesía de ultraderecha de la Media Luna.

Es vital hacer llegar nuestra solidaridad a la clase obrera y los sectores populares de Bolivia a través de sus organizaciones. ¡Hagamos una gran campaña de solidaridad que los ayude a enfrentar y derrotar a las fuerzas de ultraderecha!

SI de la LIT
13 de septiembre de 2008

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