jueves, 23 de diciembre de 2010

Bolivia: ¿Ejército Socialista?
Por Juan Giglio

El gobierno de Evo Morales es coherente con la política del tero, que “grita en un lugar pero pone los huevos en el otro”. ¡Por eso su decisión de transformar en “socialista” al ejército boliviano es una soberana mentira! Las fuerzas armadas son una de las columnas fundamentales del estado, que defienden los mismos intereses de clase que el resto de las instituciones que lo conforman, como el gobierno, la justicia, las leyes o el parlamento.

Estas, dentro de un estado capitalista, se organizan para preservar los negocios de los grandes empresarios, fundamentalmente los que manejan los imperialistas, tal como sucede en Bolivia, Argentina, Ecuador o Brasil, por más que sus presidentes se pinten de rojo y se autotitulen “nacionales y populares” y “socialistas”. Para entenderlo bastaría con preguntarse si Evo acabó con la propiedad privada de los grandes medios de producción y puso estos en manos de los trabajadores y el pueblo boliviano.

La respuesta es sencilla. ¡Nada de esto sucedió, los patrones de la ciudad y los oligarcas del campo continúan explotando a los asalariados y a los campesinos, amasando fortunas con el fruto del trabajo de millones de bolivianos pobres! Los asalariados, tanto en la órbita privada como en la estatal, siguen cobrando sueldos bajísimos, mientras que las fuerzas armadas continúan reprimiendo a quienes luchan por sus derechos. Hace muy poco la policía reprimió a los estudiantes de las Escuelas Superiores de Formación de Maestros.

Pero si esto no alcanza para comprender el papel de las fuerzas armadas bolivianas, hay que decir también que una parte de sus soldados conforman la Minustah, la fuerza internacional de ocupación de la isla de Haití conformada por efectivos argentinos, brasileros, chilenos y de otros países latinoamericanos, quienes prestan “servicio” bajo las órdenes directas del Pentágono.

Hace muy pocos días esas mismas tropas atacaron violentamente al pueblo haitiano, matando a varios ciudadanos, cuando miles habían ganado las calles protestando contra la ocupación, acusando a los soldados de Nepal de haber llevado el cólera, una enfermedad terrible que ya mató a cientos de pobladores, sin que ninguno de los gobiernos responsables de la Minustah hayan movido un dedo para resolver el problema.

Este crimen, que involucra a las fuerzas armadas y al estado boliviano (como también a los gobiernos “progres” de Argentina y Brasil) da por tierra con toda las mentiras de Evo. Las fuerzas represivas seguirán siendo capitalistas hasta tanto no se imponga una revolución obrera y socialista que instituya un gobierno de los trabajadores y el pueblo y organice, como corresponde, las fuerzas armadas revolucionarias que sostengan y defiendan las nuevas relaciones de propiedad.

Volver a Noticias Socialistas

No hay comentarios: