domingo, 9 de enero de 2011

Marcha atrás del “GASOLINAZO” / Bolivia marca la dinámica de los populistas latinoamericanos

Una enorme movilización obrera y popular acaba de obligar a Evo Morales a anular el decreto que determinó un aumento de casi el 100 % en la gasolina. Este proceso, que explotó principalmente en los departamentos dirigidos por el partido del presidente, el MAS, fue un verdadera ensayo de huelga general, que amenazó con sumar a los policías de bajo rango si el gobierno no retrocedía.

Si bien Morales intentó explicar la marcha atrás del decreto como un gesto democrático hacia la población, lo cierto es que la movilización lo puso contra la pared. “Nosotros lo pusimos, nosotros lo vamos a sacar”, era la amenaza que lanzaban las masas desde barricadas que bloquearon los principales caminos y rutas. La insurrección contra este exponente del moderno “populismo” latinoamericano estuvo a la vuelta de la esquina.

Por eso tras el anuncio de marcha atrás del gasolinazo, junto con el humo de los piquetes quedó flotando en el aire la advertencia que deberían registrar sus compañeros de ruta de la Argentina, Venezuela, Ecuador, Brasil o Uruguay, quienes más allá de sus discursos “progres”, tienen una estrategia común, pagar las deudas externas y descargar sobre las espaldas del pueblo los costos de la crisis mundial, intensificando la explotación obrera y el saqueo de los recursos.

Otro punto de acuerdo es la actitud de todos frente a las luchas de sus respectivos pueblos, ya que las combaten acusándolas de estar incitadas o promovidas por conspiraciones de la derecha, como sucedió aquí con las ocupaciones del Parque Indoamericano o como pasó en Ecuador con la rebelión de los policías reclamando reivindicaciones sindicales.

El antecesor de Morales, Sánchez de Losada, un exponente de la derecha más clásica, intentó en 2003 aumentar el precio del agua, provocando una insurrección que terminó con su gobierno. Evo pretendió hacer lo mismo con la gasolina y casi sigue los pasos del destituido Losada.

La derrota del gazolinazo es el ejemplo que deben tomar los trabajadores y los pueblos latinoamericanos para acabar con las políticas de entrega de los recursos y las empresas estatales, peleando por la nacionalización de la explotación, producción y comercialización de los combustibles, bajo el control de los únicos interesados en defender el patrimonio del pueblo: los trabajadores.

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