Emmanuel Piaggesi desde Libia: “Acá no pondrá el pie ningún soldado de la OTAN…”
Reproducimos el último reportaje realizado a Emmanel, el guerrillero argentino que está combatiendo en Libia. Sus declaraciones son muy importantes, ya que desmienten los análisis de los Chávez, Castro y sectores de la izquierda que apoyaron a Kadafi diciendo que las milicias eran contrarrevolucionarias, o sea algo así como las “fuerzas armadas de la OTAN”.
Emmanuel explica: “que los buitres del cielo no buscan otra cosa que petróleo. Que si los hubiéramos dejado bajar, esos perros hubieran derrocado en pocos meses al régimen. Pero los libios prefirieron sacrificarse ellos mismos antes que permitir una situación como en Irak o Afganistán. Acá no pondrá un pie ningún soldado de ellos”.
Esta definición reafirma que nuestra propuesta de enviar brigadas internacionales para combatir junto a las milicias no era descabellada. Lamentablemente las organizaciones más importantes de la izquierda revolucionaria, como la Lit/CI y otras, no aceptaron este planteo.
De haberlo hecho, hoy los trotskistas estarían combatiendo junto a Emmanuel, empalmando con un sector de masas, disputando la dirección de, por lo menos una parte, del movimiento obrero y popular libio.
La negativa de la izquierda a organizar una gran campaña internacional de apoyo al pueblo libio y reclutar voluntarios dejó la iniciativa en manos de la OTAN, que, obviamente, está allá para pelear por la conciencia de las masas en lucha, tratándolas de desviar hacia el pantano de la conciliación con sus verdugos de siempre, los monopolios que succionan las riquezas de ese país. Empresarios que no tienen ningún drama en dejar de hacer negocios con Kadaffi para, ahora, hacerlos con el Consejo Nacional de Transición.
Sin embargo todavía hay tiempo para influir en el proceso revolucionario libio. Para nosotros, igual que para Emmanuel “ganamos la insurrección, pero la revolución recién empieza”.
Desde Convergencia Socialista reiteramos nuestro llamado a las organizaciones de izquierda (Lit/CI, UIT, etc.) que dicen apoyar este proceso a juntarnos inmediatamente para organizar todas las acciones de apoyo que ameriten las circunstancias, incluido la posibilidad de viajar a Libia para apoyar a Emmanuel y al sector de las milicias que combaten contra la dictadura y la OTAN.
Reportaje del diario Perfil
Es mendocino, tiene 23 años y llegó hace cinco meses a Libia para luchar con los rebeldes. Su nombre de guerra es Al-Arjentiny. “Ganamos la insurrección, pero la revolución recién empieza”, le aseguró a PERFIL el 28 de agosto en una nota de Facundo Barrio.
La guerra cambia a las personas: José Emmanuel Piaggesi nunca volverá a ser el mismo. El mendocino de 23 años que viajó a Libia para empuñar un fusil contra Muamar Kadafi, cuya historia descubrió PERFIL hace cinco meses, está irreconocible en las fotos que envió el viernes desde el frente de batalla en Trípoli.
El rebelde argentino relató a este diario sus últimas andanzas en Libia y su participación en la toma de la capital. “Me siento realizado y puedo darme el lujo de decir que ganamos la insurrección, pero la revolución recién empieza”, afirmó Emmanuel en un correo electrónico desde Trípoli.
La familia Piaggesi le había perdido el rastro, a tal punto que su padre Pablo había decidido partir hacia Libia a buscarlo. Pero Emmanuel reapareció victorioso esta semana, cuando los rebeldes coparon el bastión del régimen.
“Con mi grupo, colaboramos en la toma y liberación de Bab al-Aziziyah, el famoso búnker de Kadafi. Sólo quedan dos barrios con pequeños grupos de kadafos en los alrededores de Trípoli. Y una resistencia importante en la ciudad natal del dictador, Sirte”.
En homenaje a un amigo que murió en un enfrentamiento, Emmanuel se hace llamar “Yusseff” entre sus compañeros de trinchera. Su virtual apellido es “Al-Arjentiny”, una referencia obvia a su nacionalidad.
El joven confesó que en cierto momento dudó sobre el sentido de la revolución. Se alejó de la insurgencia durante un mes y marchó a Egipto. “Pero después de pensar, escuchar y discutir, decidí volver a la lucha. Nuestro grupo ‘Jwarah’ se había dividido en tres, así que me uní a los que eran menos para tener más dinámica, agilidad y rapidez en el campo de batalla”.
Emmanuel se reencontró con su unidad guerrillera, que en ese momento estaba en una ciudad a 150 kilómetros al este de Trípoli. Desde el oeste, mientras tanto, otras milicias rebeldes también se dirigían hacia la capital.
“Al avanzar los grupos del oeste, los soldados de Kadafi se replegaron rápidamente, y en menos de dos días llegamos a Trípoli por la ruta que la une con la ciudad de Misrata. La resistencia fue débil, sólo hubo algunas escaramuzas aisladas”. El joven argentino integra las tropas que se apoderaron de Trípoli, desde donde se comunicó el viernes con su familia.
A pesar de que la acción aérea de la OTAN fue clave para desequilibrar el conflicto en favor de los rebeldes, Piaggesi dejó en claro su rechazo a la alianza atlántica. “Sabemos que los buitres del cielo no buscan otra cosa que petróleo. Que si los hubiéramos dejado bajar, esos perros hubieran derrocado en pocos meses al régimen. Pero los libios prefirieron sacrificarse ellos mismos antes que permitir una situación como en Irak o Afganistán. Acá no pondrá un pie ningún soldado de ellos”.
Emmanuel dice sentirse orgulloso de “haber colaborado para quitarle las armas al Estado y devolverlas al pueblo, a quien pertenecen, armas que le devolvieron no sólo la libertad sino también el poder”.
Al sostener su fusil, el mendocino tal vez recuerde que su arma fue alguna vez una gomera, cuando marchaba por las rutas de Neuquén –donde vivió desde chico– junto a los gremios docentes y al maestro asesinado Carlos Fuentealba.
Hoy, aquella represión de la policía neuquina debe parecerle un juego de chicos. Piaggesi se prepara para el capítulo final de su temeraria cruzada en el desierto libio. La guerra cambia a las personas.
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