El gobierno del CNT contra las milicias… ¿De qué lado se ubica la izquierda?
Desde la caída y ajusticiamiento del dictador Gadafi la prensa mundial ha venido ocultando la verdad de los enfrentamientos y de la guerra civil que culminó con la imposición del gobierno del CNT.
Desde el principio los plumíferos de las corporaciones trataron de imponer la idea de que los imperialistas estaban a favor de pelear contra la tiranía y a favor de la democracia.
¡Mentira, ya que en los últimos años todos, absolutamente todos ellos, venían apoyando a Gadafi; y sólo cuando la situación se volvió insostenible, se pusieron en su contra, de manera de no perder los negocios!
¡Mentira, porque el gobierno del CNT, sostenido por los EE.UU., Inglaterra, Francia e Italia, desde que asumió no ha hecho otra cosa que tratar de destruir el producto más democrático de la revolución libia, el armamento de la mayoría de su pueblo, que se organizó a través de las milicias!
Para eso los cipayos del CNT dieron un ultimátum, proponiendo el 20 de diciembre como el último día de plazo para desarmar a las milicias, amenazándolas con graves castigos si no cumplían sus órdenes.
Sin embargo los trabajadores y el pueblo no las acataron y se mantuvieron armados. Esto significa, como lo advierten los analistas más importantes de la burguesía imperialista, que en Libia se mantiene una “dualidad” de poderes.
Por un lado, el gobierno, que muy débilmente intenta imponer su autoridad. Y por el otro, las formaciones armadas de la clase obrera y el pueblo, que controlan gran parte del territorio y aplican, en los hechos, su justicia y sus leyes.
Es que los trabajadores y el pueblo de Libia, al igual que sus pares del norte del África, no han salido a pelear sólo para conquistar algunos cambios cosméticos, sino para resolver sus problemas más acuciantes, que tienen que ver con la falta de trabajo, vivienda, salud y educación y los salarios bajísimos.
Y en ese sentido han comprendido que la mejor manera de pelear por sus derechos es, sosteniendo y manteniendo el fusil en sus manos, ya que este gobierno no les garantiza más que la continuidad de las políticas de Gadafi, o sea la sumisión a las grandes multinacionales relacionadas al saqueo del petróleo.
Cotidianamente se generan enfrentamientos muy duros entre los milicianos, que controlan puertos, fábricas y aeropuertos con la policía del CNT, que pretende desalojarlos para reemplazarlos por los patrones y sus funcionarios.
Se han producido choques armados, con muertos de ambas partes en distintas ciudades y regiones. A tal punto llegó la situación que el 10 de diciembre del año pasado en uno de los barrios de Trípoli, los trabajadores y las milicias se movilizaron con el propósito de ajusticiar (sin éxito) a Kalifa Heftar, quien ocupaba en ese momento el puesto de Jefe del Estado Mayor del Ejército del CNT.
El 22 de enero de este año el vicepresidente del CNT tuvo que renunciar luego de que más de 4 mil estudiantes y milicianos se manifestaran violentamente frente a la sede del CNT en Bengasi, manifestando que están en contra del gobierno, que ya no sienten como propio.
Esta situación fue advertida por la burguesía de la mayoría de los países imperialistas, que cerró filas detrás del gobierno del CNT, tratando de ayudarlo en la difícil tarea de acabar con las milicias revolucionarias.
Todos reconocen que no habrá manera de reconstruir el estado capitalista sin terminar con el armamento obrero y popular.
Lamentablemente la mayoría de las organizaciones de la izquierda revolucionaria no ha tomado nota del asunto, contribuyendo de esa manera a la campaña imperialista de aislamiento de las milicias, que es el primer paso en función de su destrucción.
Los partidos y organizaciones que todavía acusan a los heroicos guerrilleros libios de actuar como “tropas terrestres de la OTAN”, no se han dado cuenta (o no quieren hacerlo) de que tanto la OTAN como el gobierno del CNT están enfrentados militarmente con las milicias y que en ese conflicto es necesario tomar partido.
O se ubican con los milicianos, peleando desde ese lugar por el programa socialista, o se ponen del lado de los imperialistas. Los términos “medios” no existen en este tipo de situaciones, ya que siempre, absolutamente siempre, terminan favoreciendo a los más poderosos, en este caso al gobierno y sus mentores imperiales.
Desde Convergencia Socialista y la Corriente Revolucionaria Internacional, (que conformamos con el MR de Brasil) seguimos insistiendo en la necesidad de organizar una gran campaña internacional para romper el cerco mediático y el aislamiento que han impuesto sobre las milicias que pelean contra el gobierno y sus planes de ajuste, saqueo y represión.
El triunfo de las milicias significará un gran avance para el conjunto de la revolución que está golpeando a los pueblos del norte del África y Medio Oriente, un gran avance para la revolución internacional.
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