domingo, 22 de julio de 2012

Declaración de la Corriente Revolucionaria Internacional sobre Paraguay: ¡Ni Franco ni Lugo!


Paraguay: ¡Abajo el gobierno Franco! ¡Que se vaya Franco y no vuelva nunca más Lugo! ¡Que decidan los destinos del Paraguay sus trabajadores y el pueblo mediante sus propias organizaciones del campo y de la ciudad!

Los dirigentes de los grandes partidos de Paraguay -el Liberal y el Colorado- aprovecharon los corruptos mecanismos institucionales para realizar un juicio sumarísimo, mediante el cual destituyeron al presidente Lugo y encaramaron en el poder al vice, de apellido Franco, que es miembro del Partido Liberal.

Hicieron esto después de la masacre de Curuguaty y de una jugada de el ex obispo, que desalojó del ministerio del interior a Carlos Filizzola, imponiendo al militante del Partido Colorado del ex dictador Stroessner -Rubén Candia- quien profundizó la represión a los campesinos, que el propio Lugo aplicó durante estos últimos años para defender a los terratenientes.

Candia está vinculado a la jefa del partido Colorado Lilian Samaniego, precandidata a presidenta de la República, quien figura tercera en las encuestas para las elecciones presidenciales que se harán en 9 meses. Entonces surgió la sospecha de que Lugo estaría encarando una alianza con esta gente en pos del electorado colorado, que es el más grande del país.

Por eso mismo Blas Llano, el presidente del Partido Liberal de Franco, emplazó a Lugo a destituir a Candia. Sin embargo el ex obispo le respondió que “El que manda soy yo” definiendo con claridad su intención de acercarse al stroessnismo y de profundizar, con este personaje siniestro, la política de masacrar a los campesinos en lucha.

No es casualidad que apenas asumió Candia, lo primero que hizo fue derogar el “protocolo”, una normativa mediante la cual la policía solo puede desalojar a los campesinos después de ser autorizada por el poder judicial. Ahora, gracias a Lugo, los pobres pueden ser reprimidos cada vez que lo resuelva el poder ejecutivo.

Así fue que apenas tomó el mando Candia ordenó rodear con tropas y helicópteros a toda la región de Curuguaty. Desde ese momento prácticamente no existen posibilidades de ingresar a la zona, como tampoco de que los organismos de derechos humanos accedan a las cárceles para entrevistarse con los presos y las presas campesinas.

Desde que Candia se hizo cargo del ministerio se intensificaron las redadas, las torturas y los asesinatos. ¡Todo esto no lo hizo la “derecha” que ahora tomó el poder, sino el propio Lugo!

El nuevo gobierno, cuyos funcionarios y parlamentarios eran los mismos que, mayoritariamente formaban parte del anterior, ahora utilizarán los recursos y las armas legales que el luguismo les dejó para continuar masacrando a los sin tierra, campesinos pobres y trabajadores paraguayos.

Algunos de las organizaciones ligadas al chavismo o al castrismo, como Quebracho en Argentina o la CUT y sectores petista en Brasil, caracterizan que lo sucedido constituyó un golpe armado por los yankys para avanzar en su escalada reaccionaria contra los gobiernos de la región, que constituirían un escollo para sus planes.

Sin embargo ninguno de estos defensores de Chávez, Evo y Correa están en condiciones de desmentir un hecho gigantesco como la catedral en donde daba misa el ex obispo: ¡Las bases yankys de Paraguay no las trajo el actual gobierno sino Lugo, con el silencio cómplice de toda la claque bolivariana!

El nuevo presidente no hará otra cosa que mantenerlas, ya que fue uno de los funcionarios que aceptó su instalación. Hará lo mismo que Cristina, quien junto al gobernador chaqueño Capitanich, concertó con la CIA la construcción de una base militar en la provincia de uno de los gobernadores mimados del kirchnerismo. Lo mismo que hizo Lula, y ahora Dilma, que son el brazo armado del imperialismo en la represión al pueblo de Haiti. 

Por todo esto, este “progresista”, que asumió el poder en 2008 después de la derrota del partido Colorado -tras 61 años de poder- quedará en la historia como el responsable de la masacre de Curuguaty en defensa de la propiedad de un terrateniente ligado al ex dictador Stroessner, el empresario y político colorado Blas Riquelme.

La izquierda le lava la cara a Lugo

El Partido Obrero, cuyo dirigente máximo -Jorge Altamira- llegó a comparar a Lugo con el ex presidente chileno Salvador Allende, acaba de movilizarse al Obelisco argentino junto a los luguistas denunciando el “golpe institucional”.

El PTS salió a explicar en su periódico que “Este golpe blanco busca imponer un gobierno que sin barniz populista responda directamente a los intereses de los terratenientes y los grandes empresarios”.

El Nuevo Mas dijo que “Por su contenido, se trata en el fondo de una revancha de los sectores latifundistas contra los campesinos del hermano país por su resistencia en defensa de la tierra, contra los propietarios y en repudio a la barbarie represiva del estado capitalista paraguayo”.

En Brasil, el PSTU denuncia casi únicamente al nuevo gobierno, llamando a no reconocerlo. Solo critica a Lugo por haber sido “cobarde” y no haberse puesto al frente de la resistencia. Según el PSTU, Lugo “ha capitulado a los golpistas” y que esto fue una sorpresa incluso para sus partidarios.

Algo parecido explican varias de las organizaciones de izquierda de Argentina y Brasil, sintonizando la misma frecuencia que el castro-chavismo, que a través de la Unasur está empujando la defensa del masacrador de campesinos Lugo, escudándose en el “golpe” de estado que lo echó.

Es cierto que el PO, el Nuevo MAS o el PTS no convocan a defender al ex presidente de manera directa, sino al negarse a pelear -al mismo tiempo- contra Franco y Lugo, impulsando una salida independiente de la clase obrera y del pueblo. Lo mismo, de modo aun peor, hace el PSTU del Brasil.

Si fueran consecuentes con sus planteos deberían reclamar la restitución del ex presidente, como lo hace el partido de la LIT/CI en Paraguay, el PT, que convoca a pelear para “abortar el juicio político” y convocar a “un plebiscito”. O sea para que se quede Lugo hasta que el pueblo decida mediante los mecanismos institucionales de la falsa democracia burguesa.

¡Lo trágico es que proponen esta salida justo cuando las masas paraguayas empezaron a ganar las calles para enfrentar al gobierno Franco y la policía de Candia! La sección de la Lit les recomienda pedir una consulta en vez de tumbar al gobierno e imponer una salida que supere al luguismo.

Desde Convergencia Socialista y Movimento Revolucionario –integrantes de la Corriente Revolucionaria Internacional- no acordamos con estos planteos, que terminan capitulándole a Lugo y a los suyos. Por eso les decimos a los trabajadores y al pueblo del Paraguay y la Argentina ¡Que hay que echar a Franco e impedir que vuelva el ex obispo!

La destitución de uno mediante la tramoya del “juicio político” y la puesta en el gobierno del otro es una pelea entre camarillas del mismo palo, más allá de que esto exprese disputas interburguesas que tienen su reflejo en la lucha de clases. Son todos corruptos, miserables y entreguistas, cuya única pretensión es enriquecerse y jugar el papel de interlocutores del imperialismo y los terratenientes. 

Hay que salir a las calles para repudiar la masacre campesina, exigir la cabeza de los responsables y la libertad de todos los presos políticos. Y para reventar la rosca reaccionaria que conduce los destinos del país e imponer una salida democrática y un gobierno que defienda los intereses de los trabajadores, los campesinos y los sin tierra.

Hay que pelear para se vaya el gobierno reaccionario de Franco y para que no vuelva nunca más el obispo reaccionario. Los dos son responsables de la instalación de las bases yankys en el Paraguay y de la política servil hacia los grandes terratenientes y los monopolios imperialistas.

Desde CRI, les decimos a los compañeros y compañeras del Paraguay: ¡Fuera el presidente de derecha que gobierna y fuera el presidente de derecha que se acaba de ir! Huelga General de los trabajadores y el pueblo campesino y sin tierra para echarlos e imponer un proyecto obrero, popular y campesino, a partir de las organizaciones ya existentes y de los organismos y consejos que necesitan ser desarrollados como único modo de garantizar la victoria de las masas.

Al largo de este combate y de las luchas y enfrentamientos, el movimiento sabrá crear sus formas propias de lucha, que deben ser impulsadas por los sectores más combativos, hacia un embrión de gobierno e poder popular, obrero y campesino.

Es la lucha la que resolverá muchos de los nuevos pasos a seguir, pero es fundamental que todo comience con el combate muy duro contra los dos campos burgueses paraguayos, bregando por una alternativa desde las calles. Desde esa trinchera los socialistas propondremos un gobierno obrero y campesino que rompa con el imperialismo y aplique un Plan Obrero y Popular Alternativo, que comience con la expropiación -sin pago- de las tierras de los terratenientes para entregárselas a los campesinos y aplique la Reforma Agraria.

Este gobierno debe aliarse con los trabajadores y sectores populares de América Latina para emprender la lucha por la liberación de los pueblos de la región, que será posible mediante una Federación de Estados Socialistas.  

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