Todos los medios controlados por el imperialismo están
funcionando a pleno, tratando de lograr que millones de personas de todo el
mundo fijen su atención en cada una de las competencias de los Juegos Olímpicos
de Inglaterra.
El circo olímpico, además de gran negocio, le sirve a los
imperialistas para desviar la atención de otro acontecimiento –mucho más
importante para el futuro de la humanidad– que acontece a miles de kilómetros
de las islas británicas.
Es que en Siria, cientos de tanques, helicópteros y aviones
están rodeando Alepo –la capital económica del país– con el propósito de masacrar
a la resistencia y al pueblo de esa ciudad, que luchan heroicamente contra la
dictadura de Al-Bashar.
Los imperialistas continúan vociferando contra el régimen.
Sin embargo, hasta ahora le han dejado las manos sueltas para que realice el
trabajo sucio, aplastando a la resistencia. Mientras esto sucede preparan un recambio,
tan proimperialista como Bashar, pero menos impopular.
Si quedaban dudas al respecto, la comisionada de Naciones
Unidas para los Derechos Humanos las acaba de aclarar: Esta funcionaria
imperialista, lejos de exigirle a la dictadura que frene su ofensiva criminal
sobre Alepo, le “recomendó al régimen de Bachar el Asad y a los insurgentes dos
principios básicos del derecho internacional y del humanitario: distinguir
entre civiles y objetivos militares, y dar a los civiles la oportunidad de
abandonar el lugar antes de un ataque.” (El País, España, 28-7)
Un moderno Goliat, que moviliza decenas de miles de soldados
y mercenarios –armados hasta los dientes– está enfrentando a un David, compuesto
por milicianos pertrechados con los fusiles que les arrancaron a los militares
del régimen o las viejas Kaláshnikov compradas en el mercado negro.
En ese contexto exigirles “reglas de juego” por igual
significa apostar todas las fichas a las tropas del régimen ¡Los imperialistas
están yendo hasta el final con su política –hipócrita– de apoyo a Al-Bashar!
Algo que han hecho de manera más descarada los gobiernos de Castro y Chávez, quienes
sumaron a su claque a Cristina, Evo, Dilma y demás “progresistas”.
Los gobiernos capitalistas de todo el mundo, sean de “derecha”
o de “izquierda”, tienen un punto en el que coinciden: el pánico atroz a que la
insurrección triunfe y se extienda por todo el planeta, cuestionando el poder
de quienes trabajan para los grandes monopolios, aplicando terribles planes de
ajuste, saqueo y explotación.
Desde Convergencia Socialista llamamos a todas las fuerzas y
personalidades socialistas, combativas o que se reivindiquen consecuentemente
democráticas a movilizarnos para exigir el retiro de las tropas de Al-Assad de
la ciudad de Alepo.
Desde CS también convocamos a todos los sectores que
pretendan ir hasta el final, a poner en pie, junto a aquellos que ya lo han
decidido, un Comité Internacional de Apoyo a las masas insurrectas, de manera
de solidarizarnos con su justa lucha por la libertad y la liberación.
Esta será la mejor manera de disputarle la dirección de las
masas a los imperialistas, que están trabajando en la región a dos puntas. Por
un lado, apoyando al régimen, pero por el otro, preparando un recambio
gatopardista, a través de sus lacayos organizados en el Consejo Nacional Sirio,
cuyos integrantes están bien lejos de la heroica ciudad de Alepo.
Las organizaciones de la izquierda revolucionaria deberían
aportar toda su militancia y recursos para impulsar la movilización, ayudando a
romper el cerco de aislamiento que los yankys, rusos, chinos, castristas y
chavistas han construido alrededor de la Siria insurrecta.
¡Romperlo e intervenir audazmente será la única manera de pelear
por la conciencia de los cientos de miles de heroicos trabajadores que están
enfrentando a la dictadura, ofreciéndoles una salida obrera y socialista!
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