Decenas de palestinos ya han muerto en lo
que va de ofensiva perpetrada por el Estado Fascista de Israel. El número de
heridos es elevado —cientos— y la mayoría de las bajas son niños.
El Ejército israelí insiste en que sus
objetivos son estrictamente militares, ya que pretenden destruir las infraestructuras
de Hamas, el movimiento islamista que ostenta el poder absoluto en la Franja
desde 2007.
Esto, de por sí, es imposible debido a la
desorbitada densidad de población de Gaza, donde la gente vive casi amontonada,
demostrando que los planes del sionismo pasan por amedrentar a la resistencia
palestina, masacrando a cientos de ciudadanos indefensos.
Por esa razón el ministro israelí de
Defensa, Ehud Barak, acaba de aprobar la movilización de 75.000 reservistas,
organizados en el marco de lo que han denominado paradójicamente “ofensiva Pilar defensivo”.
Para consumar esta ofensiva reaccionaria
cuentan con el apoyo de EE. UU., Obama, quien declaró reiteradamente que Israel
tiene "derecho a defenderse".
La próxima elección israelita es uno de los
factores que le dan marco a esta nueva escalada criminal del fascismo sionista,
ya que el actual jefe de gobierno pretende ganar el voto de los sectores más
duros, mostrándose como el mejor a la hora de “defender” a los israelíes…
Pero la coyuntura electoral no es la razón
central de la escalada bélica, sino la necesidad de parte del estado de Israel
de fortalecerse frente al proceso revolucionario que está golpeando las puertas
de Palestina. ¡Los sionistas quieren evitar
complicaciones, aplastando preventivamente cualquier perspectiva insurreccional:
una nueva Intifada que ponga a los palestinos en la misma sintonía que los
trabajadores y los pueblos vecinos, que vienen de derribar a varios dictadores,
como Ben Alí, Kadafi y Mubarak!
Frente a esta situación las negociaciones
de paz o el intento de legitimar a través de la ONU el derecho a la existencia
del Estado Palestino son callejones sin salida, al igual que los intentos del
presidente Egipcio -de los Hermanos Musulmanes- quien está tratando de ponerle
paños fríos al conflicto, llamando al “diálogo”.
La única salida para detener la ofensiva
fascista de Israel es rodeando de solidaridad al pueblo palestino, organizando movilizaciones
en todo el mundo, exigiendo que los distintos gobiernos rompan relaciones con
el gobierno de Israel y apoyando activamente a la resistencia obrera y popular
palestina.
En ese sentido hay que asumir que un Estado
palestino (dibujado como hasta ahora, con espacios insignificantes en relación
a lo que fue la Palestina histórica) al lado de Israel es una quimera. Que
Israel busca la aniquilación de las masas palestinas y que por lo tanto no
habrá nunca una salida que resuelva la paz en la región que no pase por la
destrucción del Estado Fascista de Israel y la instalación de un Estado Palestino,
Democrático, Laico y no Racista.
Para lograrlo no solo habrá que acabar con
la dictadura teocrática que conduce el gobierno de Israel, sino con el resto de
las dictaduras árabes, cómplices de los sionistas y opresores de sus
respectivos pueblos.
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