Desde el 11
de enero Malí -un estado ubicado en el noroeste del África- está siendo atacado e invadido por tropas
francesas, apoyadas por el conjunto del imperialismo y de la mayoría de los
gobiernos cipayos de la región. Un par de días atrás, estas tropas,
implementando una supuesta “guerra contra Al-Qaeda”, tomaron la histórica
ciudad de Tomboctú.
Los tuaregs -cuya población alcanza el millón y medio- habitan una zona amplísima, que abarca distintos países, como Argelia, Malí, Níger, Libia, Chad, Burkina-Fasso y Nigeria. Desde la independencia de Malí, producida en 1960, están reclamando la posibilidad de organizar su propio Estado Nacional.
El Movimiento Nacional de Liberación del Azawad (MNLA), grupo nacionalista laico que lucha por la autodeterminación tomó las ciudades de Ménaka, Aguelok y Tessalit. El gobierno de Toumani Touré desplazó tropas para sofocar este avance. Pero el ejército fue derrotado, lo que provocó un golpe de Estado en marzo, liderado por el capitán Amadou Sanogo y apoyado por el imperialismo francés. A finales de mayo, el MNLA y Ansar Dine declararon el Estado independiente de Azawad, que no fue reconocido por ningún país de la región. Este es el verdadero telón de fondo de la intervención. (Fuente: Lit/CI)
La intervención francesa en la guerra civil de Mali está íntimamente ligada a la utilización de energía nuclear (uranio) que mueve gran parte de la industria y los hogares de ese país. Hollande pretende evitar una crisis en el suministro de ese mineral, que de producirse impactaría directamente en los precios del conjunto de la economía francesa.
La excusa
de los franceses no es nueva: ¡Es la misma que utilizaron los yankys para invadir
Afganistán e Irak y apoyar los avances del ejército israelí contra el pueblo
palestino! Pero la intervención imperialista tiene otras finalidades: en primer
lugar, mantener el control político y militar de esa región, plena de recursos
estratégicos, como petróleo, oro y uranio.
Los
franceses también están allí para pegarle un golpe por la espalda al proceso
revolucionario del Norte del África, que tiene en su vanguardia al pueblo
egipcio, que combate en las calles contra el régimen fundamentalista de Morsi. En
ese sentido, la intervención cuenta con el apoyo de los gobernantes burgueses
de la zona, quienes pretenden evitar que sus cabezas rueden como la de Kadaffi.
Esta guerra
de agresión colonial tiene el objetivo de apoyar a esos regímenes títeres y sus
planes de Ajuste, Explotación y Saqueo al servicio de los imperialistas. Para
eso deben masacrar al pueblo Tuareg, que desde siempre viene luchando por su
autodeterminación.
Los tuaregs -cuya población alcanza el millón y medio- habitan una zona amplísima, que abarca distintos países, como Argelia, Malí, Níger, Libia, Chad, Burkina-Fasso y Nigeria. Desde la independencia de Malí, producida en 1960, están reclamando la posibilidad de organizar su propio Estado Nacional.
El Movimiento Nacional de Liberación del Azawad (MNLA), grupo nacionalista laico que lucha por la autodeterminación tomó las ciudades de Ménaka, Aguelok y Tessalit. El gobierno de Toumani Touré desplazó tropas para sofocar este avance. Pero el ejército fue derrotado, lo que provocó un golpe de Estado en marzo, liderado por el capitán Amadou Sanogo y apoyado por el imperialismo francés. A finales de mayo, el MNLA y Ansar Dine declararon el Estado independiente de Azawad, que no fue reconocido por ningún país de la región. Este es el verdadero telón de fondo de la intervención. (Fuente: Lit/CI)
El
“socialista” Hollande comanda esta política de exterminio del pueblo Tuareg,
continuando la orientación reaccionaria de su antecesor Sarkozy, demostrando
que su gobierno nada tiene que ver con el socialismo o los derechos humanos.
Para eso consiguió el voto del Consejo de Seguridad de la ONU, que aprobó el envío
de militares el 20 de diciembre de 2012.
La intervención francesa en la guerra civil de Mali está íntimamente ligada a la utilización de energía nuclear (uranio) que mueve gran parte de la industria y los hogares de ese país. Hollande pretende evitar una crisis en el suministro de ese mineral, que de producirse impactaría directamente en los precios del conjunto de la economía francesa.
La
dependencia francesa de este mineral es vital para sus empresas. Los
yacimientos conocidos en la región que entrecruzan las fronteras de varios
países esta estimados en 5 mil toneladas de Uranio, en Níger (a 200 Km de la
frontera con Mali) estos son explorados por la empresa francesa Aréva, y las
reservas que alberga Mali están en el alza de mira de esta empresa. (Fuente:
Lit/CI)
Desde Convergencia Socialista llamamos a todas las organizaciones y personalidades democráticas y antiimperialistas a organizar la respuesta a esta intervención imperial, exigiendo el cese de la invasión, el retiro de las tropas y el apoyo a los pueblos en lucha por su independencia y contra la recolonización.
Desde Convergencia Socialista llamamos a todas las organizaciones y personalidades democráticas y antiimperialistas a organizar la respuesta a esta intervención imperial, exigiendo el cese de la invasión, el retiro de las tropas y el apoyo a los pueblos en lucha por su independencia y contra la recolonización.
No hay comentarios:
Publicar un comentario