Esta nota fue escrita unos días antes
de que el estado de Turquía comenzara una enorme ofensiva militar contra el
pueblo kurdo en las provincias con mayoría de población de esa nacionalidad,
pero también en Estambul y otras regiones donde los kurdos constituyen una
minoría muy importante.
Estos ataques, que significaron
la muerte y encarcelamiento de cientos de activistas, empezó al poco tiempo de
que el gobierno turco perdiera la mayoría parlamentaria y el HDP -partido
ligado al PKK- ganara más de 80 diputados, el 13% de los votos nacionales y la
mayoría en las provincias del Kurdistán Norte, dentro de Turquía.
Estas críticas adquieren un gran valor,
ya que miles de kurdos están enfrentando a Erdogan y su ejército decretando su
autonomía, mediante la organización de milicias y asambleas populares Cizre,
los barrios kurdos de Estambul, Silopi, Amed y decenas de localidades.
¡El camino que eligió el pueblo
kurdo va en el sentido contrario de las propuestas de su partido, el HDP, que continúa
reivindicando la necesidad de llegar a “acuerdos de paz y gobernabilidad” con
el gobierno y el conjunto del régimen reaccionario que impera actualmente en
Turquía!
¡Un camino al menos
contradictorio con las declaraciones de la conducción del PKK -Partido de los
Trabajadores del Kurdistán- cuyos principales líderes explicaron a la prensa
que están de acuerdo con que el gobierno de EE.UU. se constituya en mediador y
“garante” del proceso de paz!
La única manera de alcanzar la
paz y la democracia es impulsando la movilización de las masas, que incluya a
todas las nacionalidades oprimidas y el conjunto de los trabajadores y el
pueblo pobre de Turquía, para derrotar al gobierno de Erdogan, sostenido por la
OTAN y Obama.
Los/as millones de oprimidos/as y
explotados/as de Turquía tienen que imponer un régimen basado en la democracia
directa, similar al que está creciendo en Rojava y las asambleas populares de
las localidades kurdas de Turquía que se han rebelado contra el poder central:
Figen Yüksekdağ, una de las
dirigentas del HDP -Partido Democrático del Pueblo- el frente de organizaciones
de izquierda y pro kurdas que viene de obtener cerca del 13% de los votos en
las últimas elecciones parlamentarias de Turquía y de triunfar ampliamente en
las provincias de población kurda, declaró que:
“Ya pasó más de un mes de las
elecciones… y el primer ministro Davutoğlu debería apurar los trámites para
organizar un gobierno de coalición. Sin embargo el señor Davutoğlu habla de
adelantar las elecciones, que va en contra de los deseos del pueblo. Ya mismo
hay que formar un gobierno de coalición.” (turkeyharvest.blogspot)
El régimen turco es
parlamentarista. Por eso, el partido del gobierno -AKP- que perdió la mayoría absoluta
está obligado a construir una alianza con alguno de los partidos con
representación parlamentaria -el Republicano o CHP; el MHP, Nacionalista o el
HDP- o a convocar a nuevas elecciones para que el pueblo decida.
En el mismo sentido que Figen Yüksekdağ,
pero yendo aun más a fondo que ella, el máximo referente del HDP -Partido
Democrático del Pueblo- Selahattin Demirtaş, acaba de declarar que su partido
“debería formar parte de la coalición de gobierno” (www.hurriyetdailynews.com, del 11
de julio).
Demirtas hizo referencia a esta
posibilidad mientras hablaba acerca de la investigación que debería encararse
para encontrar a los culpables del crimen perpetrado por un supuesto militante
de ISIS que hizo explotar una bomba en uno de sus actos de campaña electoral en
Diyarbakır,
la ciudad con mayoría kurda más importante de Turquía.
El líder kurdo del HDP dijo en ese sentido, que “En un gobierno de coalición con el Partido Republicano o CHP, nosotros podríamos exigir que estos hechos sean investigados y resueltos…” (www.hurriyetdailynews.com, del 11 de julio).
En un contexto en el que se está
produciendo una caída enorme de la popularidad del presidente Erdogan y en el
cual las luchas obreras, populares y nacionales recorren el país cuestionando
las políticas del gobierno y del conjunto del régimen reaccionario, llamar a
formar un gobierno de coalición va en el sentido opuesto a la voluntad popular.
La realidad no pasa solo por lo
que ocurre fronteras adentro, sino principalmente por el proceso revolucionario
que continúa extendiéndose en la región kurda de Siria -Rojava- donde las
milicias de esta nacionalidad están llevando adelante una guerra triunfante
contra las bandas fascistas de ISIS, organizadas por el mismísimo Erdogan.
Las batallas ganadas por las YPG
e YPJ están empujando a las masas de toda la región -Irán, Irak, Siria y
Turquía- a profundizar la lucha por la democratización de sus respectivos
regímenes, un proceso que triunfará cuando caigan las instituciones
reaccionarias que los sostienen y sean reemplazadas por las representen los
intereses del pueblo.
Por todo esto, la formación de un
gobierno junto a los partidos que han venido sosteniendo al régimen
antidemocrático de Turquía va en contra de lo que están haciendo los pueblos kurdos
y de otras etnias en Cezire, Kobane y Afrin, que gobiernan apoyándose en asambleas populares, mediante
las cuales ejercitan la democracia directa.
El HDP debería llamar a seguir el
ejemplo de los cantones de Rojava, impulsando la movilización de las masas con
el objetivo explícito de derrotar al régimen, de manera de cambiarlo por otro asentado
en instituciones verdaderamente democráticas y para el control popular, como está
sucediendo en el Kurdistán Sirio.
Esta movilización debe plantear
la inmediata libertad de Abdullah Ocallan y los miles de presos políticos, el
retiro de las tropas turcas que amenazan con invadir Siria, el cese del envío
de pertrechos a las bandas de ISIS y el desmantelamiento de las bases de la OTAN,
para que Turquía deje de funcionar como un enclave imperialista.
La Revolución de Rojava y el
proceso que está teniendo lugar en Turquía plantean la posibilidad concreta de
luchar -con las organizaciones políticas y militares del pueblo kurdo a la cabeza-
por la satisfacción de estas demandas y la posibilidad de avanzar hacia un cambio
político y social de fondo en el conjunto de Medio Oriente.
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