sábado, 23 de julio de 2011

En chile continúan las luchas estudiantiles

Cuando la crisis económica mundial empezó a golpear duro a Europa y EE.UU. muchos analistas políticos y economistas internacionales no se cansaron de poner a Chile como ejemplo -junto con Brasil- del modelo que había que seguir para mantener la estabilidad social, económica y política.

Es más, a estas opiniones se sumó la propia Cristina, que no se cansó de felicitar a su par Piñera por el “modelo” que estaba aplicando en el país hermano. Pero esta idea de país estable ya se está desmoronando cada día más.

En Chile el descontento sigue en aumento, como lo demostraron los más de 300 miembros del sindicato nacional de trabajadores del banco Ripley, que acaban de rechazar la oferta que les hizo el banco, en el marco de las negociaciones que vienen con el ente financiero. Los trabajadores están reclamando desde hace casi un mes un aumento salarial del 10% del salario básico y los viáticos, sin tener hasta ahora una respuesta favorable.

A esto se le suma la venta total a capitales extranjeros de las empresas sanitarias del Estado como por ejemplo Aguas Andinas S. A.; o los constantes enfrentamientos entre las fuerzas represivas, en conjunto con las guardias blancas de los terratenientes, con los Mapuches, que están en pie de guerra defendiendo sus derechos.

Mientras tanto, la semana pasada se realizó una nueva marcha multitudinaria en donde más de 100.000 estudiantes universitarios y secundarios, acompañados por trabajadores, padres y representantes sindicales, se movilizaron para reclamar por una reforma educativa, cuya principal consigna es estatizar la educación -privada desde que se produjo el golpe de Estado de Pinochet- además de solventar esta mediante la nacionalización del cobre.

La respuesta del gobierno, además de la represión a través de los carabineros, ha sido la aplicación de un plan denominado “Gran Acuerdo Nacional para la Educación”, que incluye un fondo de cuatro mil millones de dólares para el sistema educativo pero que no plantea una reforma profunda al sistema.

A pesar de esta situación, Piñera no hace más que intentar tapar el sol con las manos, ya que a pesar de todos los intentos de acallar los reclamos sociales, las demandas de los estudiantes se están haciendo piel en el grueso de la sociedad. Es por este motivo que el gobierno tuvo que hacer, por segunda vez de lo que va de su mandato, un cambio en los ministros.

La lucha que están llevando adelante los estudiantes chilenos, que es la más importante desde la que protagonizaron en el 2006, es sumamente importante, ya que están luchando contra un modelo educativo que está puesto al servicio de las empresas y el capital financiero extranjero.

Un claro ejemplo de esto son las declaraciones del propio presidente chileno, quien dijo que la educación tiene que ser un “bien de consumo”, en la cual tiene mucho peso el componente de inversión y que en la actualidad se necesita construir una sociedad en donde exista una mayor “interconexión entre el mundo de la educación y el mundo de la empresa”.

Este sistema educativo es el que proponen las grandes potencias imperialistas a los países del tercer mundo para acrecentar el nivel de ignorancia, de manera de dominarlos más fácilmente. También implica una flexibilización laboral, ya que los estudiantes tienen que pagar fortunas para estudiar, lo que conlleva que acepten cualquier trabajo que le paguen dos mangos y hasta endeudarse de por vida con prestamistas de dinero.

La lucha de los hermanos chilenos es nuestra lucha, ya que ambos nos enfrentamos a los intereses de los mismos monopolios internacionales. Es por este motivo que desde CS brindamos nuestra solidaridad y nuestro apoyo, no solo a la lucha estudiantiles, sino a todas las luchas que lleva adelante el pueblo de Chile.

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