Chile: ¡Que vivan los estudiantes!
Cuando la crisis económica mundial empezó a golpear duro a Europa y EE.UU. muchos analistas y economistas internacionales pusieron a Chile como ejemplo de la estabilidad social, económica y política. A estas opiniones se le sumó la mismísima Cristina, quien quien felicitó varias veces a su par Piñera.
Sin embargo esta idea ya se está desmoronando, como lo demuestran las protestas estudiantiles, la reciente huelga de la mina de cobre más grande del mundo, la radicalizada resistencia mapuce o el paro de los trabajadores del banco Ripley.
Este es el contexto en que acaban de producirse multitudinarias marchas de más de 100.000 universitarios y secundarios, acompañados por trabajadores, padres y representantes sindicales, que ganaron las calles exigiendo la estatización de la educación, privatizada a partir del golpe de Estado de Pinochet.
Lo que está sucediendo en el vecino país forma parte de un proceso que comenzó en 2006 cuando los estudiantes secundarios salieron a las calles a reclamar por la educación pública y el boleto estudiantil, que se recuerda como la “Revolución Pingüina”.
La respuesta del gobierno, junto con la repudiable “prohibición de las movilizaciones estudiantiles”, fue la aplicación de un plan denominado “Gran Acuerdo Nacional para la Educación”, que incluye un fondo de cuatro mil millones de dólares para el sistema educativo, pero que no plantea ningún tipo de reforma. Piñera intenta ganar tiempo para continuar aplicando sus planes, pero, hasta ahora, le está saliendo el “tiro por la culata” provocando más y más acciones de protesta.
Los estudiantes chilenos, encabezando la resistencia del conjunto de la clase obrera y el pueblo trasandino, están enfrentando al plan económico y político del gobierno, totalmente entregado a los monopolios. Por eso no son casuales las declaraciones del presidente, quien dijo que la educación tiene que ser un “bien de consumo”, y que se necesita construir una sociedad en donde exista una mayor “interconexión entre el mundo de la educación y el mundo de la empresa”.
Este sistema educativo es el que proponen las grandes potencias imperialistas a los países del tercer mundo para acrecentar el nivel de ignorancia, de manera de dominarnos más fácilmente. También implica una flexibilización laboral, ya que los estudiantes tienen que pagar fortunas para estudiar, lo que conlleva que acepten cualquier trabajo que le paguen dos mangos y hasta endeudarse de por vida con prestamistas de dinero.
La lucha de los hermanos chilenos es nuestra lucha. Ellos/as y nosotros/as nos enfrentamos a los intereses de los mismos monopolios internacionales que dominan a todo el continente. Desde la Juventud Socialista de Combate de CS brindamos nuestra solidaridad y nuestro apoyo a los compañeros y las compañeras estudiantes de Chile.
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