Nota realizada por el Movimiento
Revolucionario de Brasil, integrante de la Corriente Revolucionaria
Internacional, junto a CS
No todas las batallas del movimiento obrero
pueden ganarse. Sin embargo existe un principio general que es necesario
respetar, el de tratar de pelear hasta el final. Aunque no sea posible triunfar
siempre, dejar la lucha sin jugarse a movilizar con todo es una grave traición
para la clase trabajadora.
Lamentablemente, para miles de familias de
los metalúrgicos de São José dos Campos y otros compañeros afectados
indirectamente, un acuerdo completamente favorable a la patronal fue firmado
entre General Motors y el sindicato que representa a la categoría -afiliado al CSP-Conlutas-
la central sindical y popular que debería ser uno de los pilares de la lucha
contra la entrega los derechos obreros en el país.
El acuerdo prepara el terreno para que sean
los trabajadores quienes paguen los platos rotos de la crisis, aceptando el
chantage de la General Motors, que amenazó con despedir empleados en caso de no
aceptarse la pérdida de derechos. El sindicato, afiliado al CONLUTAS, aceptó
“perder los anillos para no perder los dedos”. Habitualmente es la CUT hace
esto, argumentando la “defensa de los puestos laborales”.
No hubo prácticamente ningún día de huelga
en la GM, tampoco una campaña política seria en la base, con infinidad de acciones
en las calles e iniciativas al servicio de imponerle las reivindicaciones a la
GM. No hubo prácticamente ninguna apelación a la solidaridad de los demás
trabajadores ni se enfrentó a la empresa mediante grandes jornadas de
movilización.
Los movimientos realizados por el sindicato
consistieron en reclamar reuniones con el gobierno de Dilma y exigirle al
Ministro de Hacienda, Guido Mantega que intercediera en las negociaciones para
presionar a la patronal. No fue en las calles en donde se trabó el combate,
sino en las salas alfombradas de los gabinetes del gobierno y los salones
empresariales.
No se apeló a la fuerza y movilización de
los trabajadores, aprovechando una situación más que favorable, ya que 26
estados y el propio distrito federal están convulsionados por una huelga
general de los funcionarios públicos federales, además de paros entre los
judiciales. En ese contexto están por iniciar acciones los trabajadores del
correo y bancarios.
La dirección del sindicato de São José y de
la Conlutas no tuvieron el corage ni la iniciativa de apostar a la huelga de la
clase trabajadorea -parando su propio gremio- para derrotar las amenazas
patronales y del gobierno, tal como lo están haciendo -heroicamente- los
profesores de las universidades y otras categorías en huelga.
El director de relaciones institucionales
de la GM, Luis Moan, acordó con el sindicato y la Conlutas un período de
"lay-off" (suspensión temporaria de los contratos laborales) para 940
obreros y la apertura de un programa de retiros voluntarios para los 7,5 mil empleados
de la empresa. ¡Eso es gravísimo e inaceptable!
En la práctica casi mil trabajadores quedarán
desprotegidos a partir de ahora, en situación de cuasi despido; una política que
se aplicaba en las épocas de Fernando Henrique Cardoso, cuando era aceptada por
el cutismo y el conjunto de la burocracia sindical. Ahora, infelizmente, forma
parte del curriculum de los representantes del Conlutas.
El sindicato aceptó la instalación de la
guillotina dentro de la fábrica de São José, donde un clima de presión y de
asedio presionará sobre los empleados para que adhieran a los retiros voluntarios,
bajo pena de cesantía forzada. De esa manera se fomenta la competencia entre los
trabajadores, para que compitan por la superviviencia.
La patronal dejó en claro que no iba a
frenarse con esas medidas. Según Moan, el complejo industrial de São José dos
Campos tiene un “excedente” de 1,8 mil funcionários y, además, luego de cuatro
meses, la línea de producción del modelo “Classic” dejará de existir en São
José.
El resultado de la ofensiva patronal terminará
imponiendo otros items en la pauta, como la criminal implantación del banco de
horas para quienes se queden, con jornadas de horas más “flexibles” (léase no
pago de las horas extras) y una nueva escala salarial (léase reducción de los
sueldos).
Todo esto debido al chantage y al
terrorismo que el sindicato del CONLUTAS aceptó pasivamente, a pesar de contar
con una coyuntura favorable para la lucha. "Las negociaciones de estas
cuestiones son estratégicas para la superviviencia del complejo. Con la
existencia de una relación más madura con el sindicato, la GM, dará prioridad a
las inversiones para el futuro en GM...” afirmó el director de la montadora.
Por su parte el dirigente del sindicato, Antônio
Ferreira de Barros, también parece dispuesto a “ponerse el sombrero” y
contribuir a tener una “relação mais madura”. Tanto que minimizó la entrega de
los derechos sin presentar pelea, explicando que “lo más importante fue
defenderse de los despidos en masa y garantizar la producción del modelo
Classic, a pesar de que sea temporalmente...” ¡Una verguenza!
El acuerdo fue cerrado después de nueve
horas de reunión, en la que participaron el secretario de relaciones del
trabajo del Ministerio de Trabajo y Empleo, Manoel Messias de Melo, el
secretario estadual de trabajo, Carlos Ortiz, el coordinador nacional de la Central
Sindical Popular (CSP-Conlutas), José Maria de Almeida (PSTU), y el intendente
de São José dos Campos, Eduardo Cury (del PSDB).
Mientras el PSTu motoriza una alianza electoral
con el oficialista PcdoB en Belém -para conseguir un concejal a cualquier
precio- acepta un acuerdo que significará el despido de millares de obreros,
instituyendo la “ley de la selva” dentro de la fábrica. Un acuerdo favorable a
la patronal y al gobierno gracias al cual los trabajadores perderán mucho. ¡Y
sin luchar!
Desde el MR llamamos a pelear por:
Ninguna cesantía ni retiros voluntarios en
la GM!
Ningúna pérdida de derechos. Luchemos
unificadamente contra las medidas de la patronal
Fin de las excepciones impositivas. El
dinero de los impuestos debe subsidiar a los trabajadores y no a las
multinacionales, que echan trabajadores
Estabilidad absoluta en el empleo.
Estatización sin indeminización de las empresas que despidan trabajadores
Derrotar al gobierno de Dilma, que gobierna
para los bancos, los latifundios y las multinacionales
Huelga General en todo Brasil, por salario,
empleo y reducción de la jornada laboral a 36 horas
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