viernes, 17 de mayo de 2013

Maduro... Una cuestión de clase…¡sin vueltas!

  “Tenemos que buscar alianzas con la clase media… incluso con la burguesía. No podemos plantear tesis que han fracasado en el mundo entero, como eso de eliminar la propiedad privada. Esa no es nuestra tesis. [No hay que dejarnos] chantajear por voces del extremismo, de tesis pasadas de moda que en ninguna parte del mundo las van a conseguir: que si eliminación de la propiedad privada... ¡no, no, no! Esa no es nuestra tesis. Hay que buscar, más allá de eso, las alianzas para fortalecer el nuevo bloque histórico, como lo llamaba (Antonio) Gramsci.” (Chávez, 4 de enero de 2008, Aporrea)

Distraídamente, alguien hubiera podido asombrarse al escuchar al presidente de Venezuela, Maduro cuando dijo: “Este presidente obrero, chavista, peronista, kirchnerista…refiriéndose a su mismísima persona. 

Observar su recorrido de vida donde se sucede la militancia en la Liga Socialista, (autodefinida marxista-leninista-maoísta),  su trabajo como chofer, lleno de infracciones y ausencias según cuentan sus excompañeros; la dirección de un sindicato y su relación con Chávez, pasando por su admiración por Sai Baba al mismo tiempo que su reiteración del nombre de Cristo, muestran su “versatilidad.”

Este hombre corpulento que no escatima adjetivos para su mentor mostrándose como un niñito que debe consultar el I Ching ante las elecciones, es la figura de la cual se vale este proceso histórico tan rico que vivimos y que por suerte, no depende de ningún pajarito que nos susurre en el oído.

El devenir histórico nos muestra, en realidad,  un régimen en descomposición capaz de atraer a los acomodaticios, oportunistas, impostores que, de ningún modo son ingenuos, aunque acepten ser el hazmerreír de la mayoría colocándose sombreros, nidos y pájaros.

Maduro está de gira para entretejer, no sólo, acuerdos industriales. Ha venido para apoyar las políticas anti-obreras de los gobiernos capitalistas como el de Cristina y para coordinar el modo de desviar el ascenso obrero que recorre el mundo.
 
Sin las dotes carismáticas de su maestro, sigue la misma gestión de entrega de recursos, desde luego engañando al pueblo con el cuento del Socialismo, por el cual Chávez  regaló más de 20 mil millones de dólares por las nacionalizaciones a las multinacionales.
 
Pero en Venezuela, la explotación de la clase obrera no alcanza. Los “compañeros” administradores amenazaron con “limpiar”(despedir) a aquellos/as que no votaron por Maduro. Llegan a  revisarles “los celulares y las cuentas de Facebook para comprobar si son leales.”
 
El dirigente José Boda dijo: “En la industria petrolera los gerentes de las empresas mixtas, la petroquímica, Pdvsa Gas, las refinerías y los muelles, entre otras áreas, elaboran listas para castigar a los dirigentes sindicales y trabajadores, no sólo a quienes no votaron por Maduro, sino a los chavistas que reclamen, hagan alguna crítica, o a los trabajadores que se nieguen a acudir a las actividades y marchas organizadas por el PSUV.” 
 
Ahora están militarizando las fábricas y ya son conocidas las fuerzas de choque pro-chavistas, los asesinatos de líderes sindicales, estudiantiles o indígenas de oposición.
 
Otro tema es el de los trabajadores judicializados. “Tenemos 200 sindicalistas y trabajadores sometidos a régimen de presentación ante los tribunales y con medidas cautelares que les prohíben acercarse a 100 metros del sitio donde trabajan y si lo hacen los pueden poner presos.”
 
Maduro, mientras tanto, propone una escuela  de Formación de Dirigentes Sindicales Latinoamericanos. Y llamó a formar una Central Sindical de América Latina. Mientras tanto, en Panamá y en Cuba se ha reunido el Encuentro Sindical Nuestra América (ESNA) donde entre otros se hallan los dirigentes de la CTA (Yasky). Seguramente estos burócratas viajeros, serán la plataforma de lanzamiento de esta Central.
 
El pueblo venezolano y el resto de la hermandad latinoamericana, de la que formamos parte los/as argentinos/as, seguramente merecen algo mejor que quienes le ofrecen palabrerío mientras corren presurosos hacia la conciliación de clases y se arrodillan  ante el imperialismo.
 
José Boda también dijo respecto en el 1° de Mayo: “Rechazamos que Nicolás Maduro, el patrono mayor, encabece la mal llamada marcha de los trabajadores, pues se trata de un acto proselitista del Gobierno y el PSUV al que muchos empleados del sector público son obligados a ir bajo amenaza de represalias”. 
 
¡Toda una definición clasista! ¡A no dejarse engañar! ¡Viva la organización independiente de la clase obrera latinoamericana!
 

 

 

 

 

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