El gobierno de Nicolás Maduro está implementando un ajuste tremendo,
que se apoya en una gran devaluación de la moneda nacional, el impuesto
inflacionario y la profundización de la entrega de los recursos naturales. Esta
política ha desatado un gran descontento obrero y popular, que pretende ser
capitalizado por algunos dirigentes de la derecha opositora, quienes se pusieron
al frente de las movilizaciones callejeras, reprimidas con dureza por la
policía.
La política de Maduro -escondida detrás de un discurso
antiimperialista- tiene el propósito de mantener el nivel de ganancias de los
grandes monopolios petroleros, a quienes el chavismo, a través de las empresas
“mixtas”, les garantizó la explotación de los yacimientos más ricos, como la Cuenca del Orinoco, en
manos de la Chevron-Texaco,
Repsol, ELF, ENI, British Petroleum, Petrobras, CNPC (China), Gaspron, Lukoil,
Ongc, Total, Statoil, etc.
Maduro aplica una política similar a la de sus pares
“progresistas” latinoamericanos, como Correa, Dilma, Cristina o Evo Morales,
quienes ante el aumento de las luchas también han salido a denunciar maniobras
de desestabilización o golpes “destituyentes”. Así actuó Cristina luego de
imponer las últimas medidas de ajuste, que rebajaron los salarios del conjunto
de los trabajadores y destruyeron el poder adquisitivo de gran parte de la
clase media.
Los dirigentes y organizaciones patronales de la derecha
escuálida quieren aprovecharse de esta situación para llevar agua hacia sus
molinos. Sin embargo sus principales referentes, como Capriles, no están embarcados
detrás de ninguna intentona golpista, sino todo lo contrario, ya que tienen la
política de dejarle hacer al gobierno el “trabajo sucio”, de manera de transformarse
en la alternativa de gobierno para las próximas elecciones.
La izquierda revolucionaria -delimitándose de estos
sectores, que de llegar al gobierno harán lo mismo que Maduro- debe decirle a
los trabajadores y al pueblo venezolano la verdad: ¡Hay que salir a las calles,
organizar huelgas, movilizaciones y todo tipo de acciones de lucha con el
objetivo de derrotar el Plan de Ajuste, Saqueo y Represión del chavismo, pero
no para “cambiarle el collar al mismo perro” sino para imponer una verdadera
salida democrática, antiimperialista y socialista!
La izquierda debe ubicarse como alternativa frente al chavismo y la oposición patronal de Voluntad Popular, Primero Justicia, AD, Copei, UNT, y demás otros grupos que integran la MUD, diciéndole al movimiento de masas que: ¡Para superar la grave crisis capitalista que agobia a los trabajadores y el pueblo la única salida vendrá con la rebelión de los trabajadores y el pueblo, que deben organizarse de manera independiente de todas las variantes burguesas!
La izquierda debe ubicarse como alternativa frente al chavismo y la oposición patronal de Voluntad Popular, Primero Justicia, AD, Copei, UNT, y demás otros grupos que integran la MUD, diciéndole al movimiento de masas que: ¡Para superar la grave crisis capitalista que agobia a los trabajadores y el pueblo la única salida vendrá con la rebelión de los trabajadores y el pueblo, que deben organizarse de manera independiente de todas las variantes burguesas!
Los asalariados y la población más necesitada de Venezuela deben
pelear por aumento general de salarios, puestos de trabajo genuinos, vivienda,
educación y salud pública de calidad; acabando con la entrega de las riquezas e
imponiendo un plan Obrero que comience con la expropiación y nacionalización -sin
pago y bajo control de los trabajadores- del 100% de la industria petrolera, de
manera de poner esos fabulosos recursos al servicio de la satisfacción de las
necesidades más urgentes del pueblo pobre.
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