Estos meses vienen atosigándonos con noticias acerca del
mundial o relacionadas con el mundillo futbolístico/mediático que rodea a este
gran negocio capitalista. Desde los grandes “problemas” que ocasionaría la no
convocatoria de Carlitos Tevez hasta el escándalo provocado por Julio Grondona,
que se quedó dormido en la presentación de la selección, pasando por
estupideces mayúsculas como las peripecias de Wanda Nara con su novio
futbolista.
Este tipo de “noticias”, sumadas al chovinismo desenfrenado
de los monopolios internacionales, que están editando todas sus propagandas
“argentinizándose”, son maniobras dirigidas hacia los trabajadores para que
quiten su atención de los problemas provocados por el ajuste.
Pero también, una cortina de humo para ocultar el ataque
furibundo que están sufriendo las masas brasileras de manos de Dilma Roussef,
quien -como Cristina- está yendo con los “tapones de punta” contra los
salarios, las conquistas y el nivel de vida de los trabajadores y el pueblo.
Desde el año pasado en que estallaron grandes luchas en Brasil
por el “pase libre” en el trasporte público de pasajeros, está desarrollándose
un enorme proceso de luchas que cuestionan el “modelo” ajustador y saqueador
del gobierno brasilero, que privilegió la financiación de estadios gigantescos
y los negocios de los empresarios de la construcción, en vez de resolver los terribles
problemas de salud, educación o el acceso a la tierra y la vivienda.
El desalojo de favelas enteras, dejando en la calle a miles
de pobladores, de manera de presentarles a los turistas las más bellas
postales, está causando una gran indignación. A tal punto que en un país
“futbolero” por excelencia ya existen millones de personas que se oponen a la
realización del campeonato.
Ese contexto está empujando a la poderosa clase obrera y a
la juventud a ponerse en pie de guerra contra el ostentoso despliegue de negocios,
droga y prostitución: huelgas del transporte, las fuerzas de seguridad y la
docencia que van de la mano de movilizaciones organizadas detrás de la consigna
“No va a haber Mundial” -Não vai ter Copa- y por más inversión en salud,
educación y transporte público.
El plan de Recolonización, que Dilma pretendía profundizar
durante el mundial, está estallando en manos de sus promotores, como lo expresa
una canción compuesta por Edu Krieger: “Estoy cansado de ver a nuestro pueblo consumiéndose
poco a poco en los programas de la televisión. Mientras la FIFA se preocupa con patrones
somos guiados por ladrones que juegan sucio para ganar. Disculpa Neymar, pero
en esta Copa no hincho por ustedes".
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