El grupo “5+1” ,
integrado por representantes del imperialismo Yanky, Alemania, Inglaterra,
Rusia, China y Francia, acaba de firmar un trabajoso acuerdo con Irán,
relacionado al desarrollo nuclear de ese país.
De acuerdo al mismo, las grandes potencias mundiales
bloquearon cualquier posibilidad de que el régimen iraní fabrique bombas
atómicas. Sin embargo, esta cuestión -que no deja de ser importante- no tiene
nada que ver con los objetivos verdaderos del pacto.
La pretención de Obama y de sus aliados pasaba por conseguir
los servicios de las autoridades chiitas, de manera de contar con un socio
confiable y con la suficiente autoridad como para “estabilizar” esa región al
servicio de los monopolios imperialistas.
Es que la derrota del ejército sionista en la Franja de Gaza
dejó herido de muerte al tradicional gendarme ankys, que no podrá ser reemplazado
por los turcos, egipcios o árabes, que no cuentan con el prestigio y poder de los
ayatollahs iraníes.
En función de esa estrategia Irán le terminó abriendo las
puertas de su país al saqueo de los monopolios imperialistas -otorgándoles la
concesión de “zonas francas” en varios puertos fronterizos- mientras que los
yankys le cedieron a Teherán el control del gobierno y del ejército de Irak.
Como consecuencia de estos entendimientos la guerra contra
ISIS en territorio irakí está siendo liderada por generales iraníes, que tienen
a su mando a decenas de miles de “guardianes de la revolución” y miembros de
Hezbollah, provenientes de Irán.
Sin embargo, este pacto reaccionario lejos de “estabilizar”
la situación, no ha hecho más que abrir nuevos y más profundos enfrentamientos
entre las camarillas burguesas de Medio Oriente y el propio imperialismo.
La dramática situación de Yemen adelanta, de manera
elocuente, esta perspectiva. Sus ciudades están siendo atacadas por una
coalición de países petroleros enemigos del acuerdo con Irán, liderados por Arabia
Saudita, como Emiratos Árabes, Qatar, Jordania y Sudán.
El “Custodio de las dos Mezquitas Sagradas” -como se hace
llamar el rey Saudí- salió con todo a encabezar los bombardeos que están
destruyendo los barrios populares de las principales ciudades yemenitas,
excusándose en la supuesta presencia de milicianos iraníes de Hezbollah.
Esto es una gran mentira, ya que más allá de la importante
influencia chiita sobre la etnia Houti -que tomó poder en un par de ciudades-
el objetivo de la coalición no es más que aplastar el proceso insurreccional
que explotó en el país más pobre de la península arábiga.
Los bombardeos están siendo apoyados por Israel, Turquía,
Egipto, Paquistán y el Partido Republicano yanky. Todos estos, además de
enemigos de las masas insurrectas yemeníes, están en contra del pacto “5+1-Irán”,
porque les resta poder e influencia en Medio Oriente.
Obama, sus aliados europeos, el sionismo, las burguesías
árabes -chiitas y suniitas-, el gobierno turco, Bashar Al Assad, el régimen
iraní, las bandas del Estado Islámico y Al Qaeda coinciden en la necesidad de aplastar
las luchas e insurrecciones que explotaron en Medio Oriente luego de la
denominada la Primera Árabe.
Sin embargo, todos estos se están peleando entre sí, tirándose
muertos hacia un lado y el otro de las distintas fronteras, una circunstancia
que favorece al movimiento de masas, ya que enfrenta a un enemigo débil y sin
un mando unificado.
Esta situación de “crisis en las alturas” ya ha permitido
triunfos importantes, como el que obtuvieron las milicias de YPG e YPJ contra
las tropas del Estado Islámico, desalojándolas de la ciudad heroica de Kobane,
en la frontera de Siria y Turquía.
Esto también fortalece a las milicias revolucionarias y
progresistas que están peleando contra distintos enemigos al mismo tiempo, como
los palestinos del campo de refugiados de Yarmouk, que combaten a las tropas de
Bashar, ISIS y Al Qaeda.
Los revolucionarios debemos solidarizarnos con los
palestinos de Yarmouk, los kurdos de Rojava, los yazidies de Shengal y todos
los sectores obreros y populares que combaten a los regímenes reaccionarios y a
las bandas contrarrevolucionarias jihadistas.
En ese sentido, desde nuestra Corriente Revolucionaria
Internacional -CS y MRS de Brasil- estamos impulsando una campaña de apoyo a
los compañeros y compañeras de YPG e YPJ del Kurdistán, porque están jugando un
papel destacadísimo en la lucha contra el fascismo.
Desde esa ubicación hacemos un llamado a fortalecer los
distintos comités de solidaridad con el pueblo de Kurdistán y a poner en pie,
al mismo tiempo, una campaña solidaria con los compañeros y compañeras
palestinos/as de Yarmouk (Ver declaración específica)
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