Las victorias de las milicias kurdas marcan el camino de la revolución |
La situación mundial es
revolucionaria
Lo que está aconteciendo al norte
de Siria -Rojava, donde el pueblo kurdo ha comenzado a construir su
autogobierno, apoyándose en las milicias y las asambleas populares- es la
“punta del iceberg” de un proceso revolucionario que comenzó con la “Primavera
Árabe” y que continúa cruzando Medio Oriente.
Los presidentes europeos, de
EE.UU., China y Rusia sacaron la misma conclusión, razón por la cual jugaron
todas sus fichas a la concreción del pacto 5+1 con Irán, con el propósito de
apoyarse en el régimen iraní, el más fuerte de la región, para que los ayude a
estabilizarla, garantizando el saqueo de los recursos naturales por parte de
los monopolios.
Sin embargo, la situación general
de la lucha de clases conspira contra este acuerdo, que ya ha provocado más
problemas que soluciones. Como lo hubiese el fundador de nuestra corriente,
Nahuel Moreno, el imperialismo terminó actuando como el “bombero loco”, que en
vez de tirarle agua al incendio trata de apagarlo con nafta de alto octanaje.
Las “relaciones carnales” de
Obama con Irán aceleraron la división del imperialismo, cuyas principales
fracciones sostienen dos políticas diferentes para enfrentar el ascenso
revolucionario y la crisis de Medio Oriente. Esta ruptura en las “alturas
imperiales” ha trastocado los vínculos con los antiguos aliados estratégicos de
EE.UU.: Israel y Arabia Saudí.
Obama quiere usar a los
burócratas del estado iraní para suplir con ellos el papel que antes cumplía la
burocracia stalinista de la ex URSS, traicionando revoluciones y garantizando
la existencia y el normal desarrollo del sistema capitalista mundial.
Sin embargo los ayatollahs no
cuentan con el poder y la autoridad política que tenían los viejos comunistas,
lo que significa que el camino de la estabilización estará plagado de grandes
enfrentamientos y contradicciones, como está ocurriendo en Siria, Irak, Yemen y
el conjunto de Medio Oriente.
La división en el seno del imperialismo
y entre sus viejos aliados favorece la irrupción del moviendo de masas, ya que
los trabajadores y los pueblos deben enfrentarse con un enemigo débil, que además
carece de un mando unificado… ¡Situaciones como esta han sido el caldo de
cultivo de grandes revoluciones proletarias!
De acá en adelante habrá más
conflictos, como en Yemen, donde las masas insurreccionadas y los houties
-chiitas cercanos a Irán- están siendo bombardeados por los enemigos del pacto
Obama, 5+1 e Irán: la coalición de países liderada por Arabia Saudita y Egipto,
apoyada tras los bastidores por Israel y Turquía.
Ese marco general puede empujar a
la resistencia kurda a transformarse en una alternativa de dirección del
conjunto de las masas, a pesar de que su conducción tiene una línea de
conciliación de clases y de no confrontación con los estados capitalistas de
Turquía, Irán, Irak y Siria.
La política, críticas,
propuestas, relaciones y campañas de los revolucionarios debe apuntalar esta
perspectiva, empalmando para eso con las alas más izquierdistas del proceso
revolucionario, que son las mujeres, la juventud y los sectores más plebeyos de
la población.
La división imperialista en Medio
Oriente y la exacerbación de su crisis impactarán cada vez más en la situación
de la lucha de clases mundial, facilitando y promoviendo luchas cada vez más
ofensivas y radicalizadas de las clases trabajadoras y los pueblos, como sucede
en México, Ucrania y otras regiones del planeta.
Es que las situaciones
revolucionarias no se desarrollan solamente cuando las masas pelean duro, sino
cuando el ascenso de estas empalma con períodos importantes de “crisis y
divisiones en las alturas”, como sucedió en Rusia del 17 o en las revoluciones
china, vietnamita o cubana.
Solo cuando se combinan estos elementos
surgen las condiciones para el desarrollo de los organismos de doble poder -o
soviéticos- cuya existencia facilita la construcción de direcciones
revolucionarias que impulsen la toma del poder por parte del proletariado y sus
aliados.
La situación de Medio Oriente y
el fracaso del imperialismo para llevar adelante sus planes no hace más que
ratificar la presencia de una “Situación Revolucionaria” inédita. Los
revolucionarios debemos prepararnos para este tipo de situaciones en nuestro
continente, donde los combates de los proletariados de Brasil y Argentina jugarán un papel central.
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